Ahora que he terminado con Lost y Desperate Housewives, necesito carnaza para el verano, ya que la TV actual es poco menos que penosa (como ya he reiterado en varias ocasiones), y además aborrezco estar atado a horarios. Por tanto, me he hecho con la primera (y corta) temporada de una serie que me llamaba mucho la atención: Anatomía de Grey (o mejor Grey’s anatomy, que es como la voy a mencionar de ahora en adelante), de la cual no había visto absolutamente nada pero tenía un buen puñado de excelentes referencias.
Pues bien, tras terminar ayer la primera temporada (son solo 9 capítulos) puedo decir que es una serie excelente, bien trabajada y con unos personajes genialmente definidos desde el primer capítulo. La serie nos sitúa en un hospital de Washington, donde unos cirujanos recién titulados se disponen a pasar siete años para poder llegar a ser residentes, una dura prueba sin duda, y en la cual muchos caerán como moscas.
La protagonista de la serie es Meredith Grey, una joven cirujana que tiene un enorme peso en su currículum: ser la hija de la Dra. Grey, una auténtica leyenda en cirugía. Todos tienden, evidentemente, a esperar de ella tanto como de su madre, y no es siempre bien visto por sus compañeros.
El resto del reparto se compone del atractivo Dr. Sheperd, el Dr. Burke, la “nazi” Bailey, y los cuatro compañeros de Meredith, la fría y taciturna Cristina Yang, la encantadora ex – modelo Izzie Stevens, el sosito George O’Malley y el chulito guaperas Alex Karev. De estos, me quedo con la adorable Izzie, que además de ser guapísima es uno de los personajes más jugosos de la serie. ¿Nadie recuerda que ella era la Romy de ese petardo divertidísimo llamado Romy & Michelle hace ya unos años con Mira Sorvino, o la insoportable hija de Gerard Depardieu en Mi padre, mi heroe?.
El desarrollo de la serie, con cierta continuidad, trata de las relaciones de los protagonistas entre ellos y de los casos médicos que hay en cada capítulo. Hasta ahí estamos viendo un Hospital central como cualquier otro, pero lo bueno de esta serie radica en el buen hacer de absolutamente todo el reparto (salvo quizá la protagonista, bastante más sosa que el resto), una utilización magistral de buena música para amenizar la serie y unos guiones francamente interesantes.
El único pero que le puedo poner a la serie es que muchas veces se centran más en los líos de falda de los protagonistas que en las tramas hospitalarias, y que estas a veces acaban de manera muy abrupta e inconclusa. Además, la serie tiene una de las cabeceras más chorras que he visto en mucho tiempo.
Por lo demás, recomiendo su visionado a todo el mundo: es fresca, divertida y dramática a la par, y no hay duda de que se trata de una excelente serie de referencia. Pienso tragarme las dos temporadas que hay posteriores a esta a la mayor brevedad posible. En VO, por supuesto.
Por cierto, no me extraña que dijeran que la fallida serie de Telecinco MIR era una copia descarada de Grey’s anatomy… ¡¡es que lo era!!. Tras verla, puedo incluso añadir que era casi obsceno el parecido en todos los sentidos, una especie de calcomanía a la española.
Pues bien, tras terminar ayer la primera temporada (son solo 9 capítulos) puedo decir que es una serie excelente, bien trabajada y con unos personajes genialmente definidos desde el primer capítulo. La serie nos sitúa en un hospital de Washington, donde unos cirujanos recién titulados se disponen a pasar siete años para poder llegar a ser residentes, una dura prueba sin duda, y en la cual muchos caerán como moscas.
La protagonista de la serie es Meredith Grey, una joven cirujana que tiene un enorme peso en su currículum: ser la hija de la Dra. Grey, una auténtica leyenda en cirugía. Todos tienden, evidentemente, a esperar de ella tanto como de su madre, y no es siempre bien visto por sus compañeros.
El resto del reparto se compone del atractivo Dr. Sheperd, el Dr. Burke, la “nazi” Bailey, y los cuatro compañeros de Meredith, la fría y taciturna Cristina Yang, la encantadora ex – modelo Izzie Stevens, el sosito George O’Malley y el chulito guaperas Alex Karev. De estos, me quedo con la adorable Izzie, que además de ser guapísima es uno de los personajes más jugosos de la serie. ¿Nadie recuerda que ella era la Romy de ese petardo divertidísimo llamado Romy & Michelle hace ya unos años con Mira Sorvino, o la insoportable hija de Gerard Depardieu en Mi padre, mi heroe?.
El desarrollo de la serie, con cierta continuidad, trata de las relaciones de los protagonistas entre ellos y de los casos médicos que hay en cada capítulo. Hasta ahí estamos viendo un Hospital central como cualquier otro, pero lo bueno de esta serie radica en el buen hacer de absolutamente todo el reparto (salvo quizá la protagonista, bastante más sosa que el resto), una utilización magistral de buena música para amenizar la serie y unos guiones francamente interesantes.
El único pero que le puedo poner a la serie es que muchas veces se centran más en los líos de falda de los protagonistas que en las tramas hospitalarias, y que estas a veces acaban de manera muy abrupta e inconclusa. Además, la serie tiene una de las cabeceras más chorras que he visto en mucho tiempo.
Por lo demás, recomiendo su visionado a todo el mundo: es fresca, divertida y dramática a la par, y no hay duda de que se trata de una excelente serie de referencia. Pienso tragarme las dos temporadas que hay posteriores a esta a la mayor brevedad posible. En VO, por supuesto.
Por cierto, no me extraña que dijeran que la fallida serie de Telecinco MIR era una copia descarada de Grey’s anatomy… ¡¡es que lo era!!. Tras verla, puedo incluso añadir que era casi obsceno el parecido en todos los sentidos, una especie de calcomanía a la española.
Un abrazo.
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