26 de septiembre de 2006

Apoteosico regreso a Wisteria Lane

Cuidado con las malas compañías, Bree...
Acabo de ver el primer capítulo de la recién estrenada tercera temporada de Desperate Housewives y, simplemente, puedo decir que como todos los capítulos sean como este voy a tener un orgasmo semanal. Se nota que se han esmerado los guionistas... ¡y como!.
Tras una segunda temporada algo irregular en lo referente a las tramas de las protagonistas, salvo los últimos e interesantísimos capítulos, lo cierto es que la serie estaba a años luz de la primera temporada. Su creador, Marc Cherry, ha debido ponerse las pilas, porque desde luego este estreno de temporada es de oro puro.
Desde los momentos de humor hasta los de interesantísimo suspense, la serie acaba de renacer y ha dado una vuelta de tuerca importante respecto a la segunda temporada, comenzando esta cronológicamente seis meses después de que terminara la anterior. Así pues, vemos a Gabrielle con el pelo más clarito, así como sucede lo mismo con Julie, la hija de Susan, mucho más guapa y adulta a simple vista, aunque no tenga líneas de diálogo. Sigue con fallos típicos como la "desaparición" de algunos personajes que van y vienen como Danielle, la hija de Bree, de la que no se dice nada aquí pese a que era un personaje clave al finalizar la anterior temporada. Y cómo no, se reafirma que la verdadera protagonista de la serie es Bree Van de Kamp, interpretada magistralmente por Marcia Cross (casi va a hacer que me olvide de la Kimberly Shaw de Melrose Place a este paso...).
Se incorporan un par de personajes nuevos a la trama de momento, siendo el más interesante el personaje de Orson Hodge, interpretado por Kyle McLachlan y que ya nos dejó estupefactos al terminar la temporada anterior.
No seguiré, porque estoy cansadito y me voy a dormir, pero me apetecía recalcar que me lo he vuelto a pasar bomba con Desperate Housewives otra vez, aunque de nuevo las tramas de Lynette y de Gabrielle sean las más sosas con diferencia.
Y el 4 de octubre. continúa Lost... ¡Yuju! (A lo Homer Simpson)
¡Un abrazo!.

¡¡FELICIDADES, MI NIÑA!!

NOTICIA BOMBA: mi queridísima amiga Belén Arjona ha sido nominada a los Grammy Latinos, concretamente en la categoría de Mejor Album Rock solista. Sorprendente y alucinante, es algo que nadie podría esperarse debido al moderado éxito que ha tenido en España. Ella me ha llamado esta tarde llorando de alegría, pues sin duda solo la promoción que esto supone para ella es un paso más a alcanzar su sueño, que es vivir dignamente de lo que más le gusta: cantar. Yo me he unido a ella y no he podido evitar llorar también, y es que he estado con ella desde antes de sus comienzos profesionales y sé cuanta sangre ha sudado hasta la fecha. Se merece esto y mucho más.
Al margen, esto es un gran impulso para Infinito, su segundo disco, que personalmente me parece excelente y que tiene temas realmente contundentes, especialmente cuando los escuchas en vivo.
Desde aquí, mi pequeño rinción virtual, quiero dar la enhorabuena a mi niña por esa merecida nominación. El próximo 2 de noviembre en el Madison Square Garden de Nueva York sabremos si ha ganado. Sus contrincantes son Gustavo Cerati, Ariel Rot, Alejandra Guzmán y Fabiana Cantilo.
Me despido con el videoclip que da nombre a su disco, Infinito. ¡Dentro video!.
Un abrazo.

La vida avanza





Podría limitarme a poner fotos de mi casa y decir, de forma absolutamente jocosa y alegre “¡Es mi casa!” una vez más, pero hoy me apetece, porque así me sale, ponerme algo más profundo respecto a la primera vez que veo y entro en mi futura y ya cercana casa, más bien piso, mi primera vivienda.

Es extraño. A mis casi ventiseis años voy a empezar a vivir solo en breve, y cuando he visto lo que van a componer los primeros rincones que simbolizan la independencia y el paso definitivo a una vida adulta no he podido evitar emocionarme y sobrecogerme. De repente, como si se mezclara en una Turbomix, las emociones y recuerdos del pasado, del presente e incluso las imágenes de lo que está por venir se han unido de forma perfectamente homogenea en una perfecta armonía. Nada ha escapado a mis ojos, y he tenido la certeza de observar mi vida a través de un calidoscopio, deforme pero definido.

No puedo evitar pensar que en breve mi existencia va a transcurrir en esas paredes, en esos 62 metros cuadrados, nuevos y a estrenar, y que seguramente, por no decir seguro, no sean mi estancia definitiva, si es que tal concepto hoy en día existe. No puedo evitar pensar en cómo he llegado hasta allí y en todos los puntos que han trazado la senda de mi destino. Quizá simplemente estoy emocionado, sin necesidad de ser tan trascendente, porque al fin y al cabo no soy sino un niño ilusionado. Tengo sindrome de Peter Pan. Y es que siempre seré un niño, lo sé, pero… la vida va avanzando, va dando pasos lento pero seguro, y este es uno de esos puntos de inflexión sobre los que debo basar la ruta que voy a tomar después.

Ojala papá pudiera haberlo visto. Y mi abuela, a quien tanto le hablé ilusionado con los planos de la casa en la mano. A los que estáis cerca y no lo habéis visto aún (cuestión de tiempo, nada más), también os hubiera querido tener ahí. Y aunque en apariencia parezca un suicida diciéndolo, no puedo evitar sentir una enorme lástima por la ausencia de esa persona con la que hablé infinidad de veces de esto y que por causa de los vaivenes de la vida ya no está dentro de la mía. Ojala pudiera hablar de esto contigo una vez más, ahora que es algo tangible. Ojalá… ¡ojala!.

El primer paso está dado. Me independizaré en breve. Un nuevo mundo de posibilidades, experiencias, alegrías y penas se abre ante mi. La vida sigue, avanza, y la mutabilidad de la que hace gala constantemente no deja de abrumarme y maravillarme, a la vez que me asusta.

Estoy emocionado. Lo siento. ¿Es posible evitarlo?.

Un abrazo.