15 de octubre de 2008

Está pasando

Foto: Telecinco

Vivimos en un país en el que, honestamente, la televisión es una puta bazofia. Perdonad por el lenguaje, pero ese va a ser el tono de mi texto que a continuación se va a desplegar. Y es que hay tantos, tantos programas espantosos por unos u otros motivos que no acabaríamos nunca, desde Gente de TVE (que yo denominaría como Crímenes rurales + Caspa) pasando por asquerosidades como La noria, los programas de tertulianos que no tienen ni el graduado escolar, hasta un larguísimo etcétera que comprende concursos de baile protagonizado por una panda de vagos que hacen el payaso y nosotros les mantenemos por hacerlo, programas de debates manipulados hasta el exceso, o reality shows desfasados de encefalograma plano (me da igual que sean de gente encerrada en una casa o de famosos de quinta fila en una isla desierta). Y ojo, que tampoco estoy diciendo que me pase el día viendo documentales de la National Geographic ni el Pasapalabra. Hablo, sobre todo, de ética y moralidad.

No soy un carca; entiendo que el mundo actual se debe regir por la libertad de expresión, pero es que esa es precisamente la barata y manida excusa que utilizan programas como el que dan título a este post para divulgar sus excrementos por nuestros hogares.

Y es que ya está bien, hombre. Está pasando es el clarísimo ejemplo de que todo respeto hacia los mínimos de la educación y la decencia ética directamente están en niveles negativos. Ha tenido mucho competidores, muchísimos y muy buenos (Tómbola, Aquí hay tomate, Dolce Vita, etc) pero nunca jamás había visto un programa tan amarillista, sensacionalista, absurdo, asqueroso, indecente, ridículo, canalla, difamador, repelente, vomitivo y mierdero como este. Todo en él es de juzgado de guardia: presentadores (el tirantes y la estirada), "colaboradores" (ese Jaime Peñafiel, que mejor no os digo dónde le mandaba), reporteros... y hasta el equipo técnico.

Creo sinceramente y con el corazón en la mano que un programa de estas características es todo un peligro público, un cáncer maligno que puede extenderse por todo nuestro país y dejarlo enfermo crónicamente. Un programa que nos enseña los dudosos valores de la mentira, la difamación, la falsedad, el rumor cotilla malévolo como la moneda de cambio, la superficialidad. Y practica junto con los otros programas que he mencionado el noble arte de la Subnormalización, el intentar convertir a la gente que lo ve en personas con menos seso, menos raciocinio, más marionetas, los perfectos paletos. Porque no nos engañemos: ese es su objetivo.

Hace poco, este estercolero putrefacto en forma de programa ha denunciado a la cadena La Sexta por emitir en exceso sus imágenes en el programa Sé lo que hicisteis. Yo no alabo tal práctica ni defiendo por parte de estos que lo hagan, pero opino que Sé lo que hicisteis son los únicos que diariamente pone a esta gente en el sitio que le pertenece: en el del bochorno y ridículo más absoluto que indudablemente merecen, y más. Y por otra parte, si tanto les ponen será por algo. Porque telecinco es una fábrica de zurullos a nivel industrial. Tal cual es.

Deberíamos todos manifestarnos en contra de semejante despropósito. Está claro que, si vamos en esa dirección, este país va a convertirse en todo un ejemplo a seguir de lo peor que que puede sacar el ser humano.

Y podríais pensar que exagero porque no es más que un simple programa de televisión. Pues no; tan solo tenéis que verlo cualquier día para daros cuenta de lo que estoy hablando.

Un abrazo.