29 de diciembre de 2009

Mi Top 10 de películas 2009

Ahora que el 2009 termina y, salvo quizá Spanish Movie, no vaya a ver ninguna otra película al cine, es hora de realizar mi Top 10 de películas de este año. Algunas pertenecen al 2008, pero aquí en España fueron estrenadas durante este, con lo cual para mí sí que pertenecen a él. La verdad es que ha sido un año realmente excelente a nivel cinematográfico y, además, también el año en el que he visto dos de los bodrios más grandes que recuerdo en toda mi vida. Pero como hay que empezar desde arriba (nunca mejor dicho en este caso), ahí va mi valoración personal y, evidentemente, solo de lo que he podido ver:

1. Up

Un año más, de manera más que merecida, Pixar se vuelve a llevar mi número 1 del año gracias a la increíble Up, una maravillosa película capaz de hacerte reir y llorar a partes iguales, donde su exquisita y tierna sensibilidad, entrañables personajes (¡yo quiero un perro como Dug!) y una historia que realmente llega hasta el fondo del corazón, adornado con una realización técnica realmente impecable y una BSO de Michael Giacchino simplemente perfecta hacen de ella mi película del año. Mención especial a la espectacular secuencia inicial contando la histora de Carl y su esposa Ellie, cuatro minutos que son puro cine y mejor que muchas películas juntas.


2. Slumdog millionaire

Sí, ya sé que muchos dicen a estas alturas que esta película está "envejeciendo mal", pero a mí personalmente me sigue pareciendo una película realmente maravillosa, una mezcla fabulosa de cruda realidad con el mejor de los relatos de Charles Dickens. El climax de la historia y su realización, así como su impresionante banda sonora, elevan a la ganadora del año por excelencia en los oscars a mi número 2. Jai ho!

3. Star Trek

Lo de J.J. Abrams es simplemente impresionante. No contento con parir la que ya considero mi serie favorita de todos los tiempos, Lost, así como devolver la dignidad a una saga en capa caída como Misión imposible rodando la mejor de sus partes, la tercera, ahora se propone hacer un absoluto reset a la mítica serie galáctica... ¡y saca matrícula de honor!. Sin haber sido jamás un Trekkie, salí de ver la nueva película de Star Trek realmente fascinado, maravillado y emocionado. Todo un ejercicio de buen cine en todos y cada uno de los sentidos, un pulso narrativo fantástico y lo mejor del género de aventuras sin caer en la estupidez y babosería de (lo siento, tengo que decirlo) la babosería e infantilismo barato de la nueva trilogía de Star Wars. Esta película es un gran ejemplo para todo cineasta de cómo se debe hacer una película de guerras estelares. Destacan unos efectos especiales de primera categoría, el gran Zachary Quinto haciendo de Spock y, otra vez, la alucinante BSO de Michael Giacchino.

4. Avatar

Maticemos: la película en sí me gustó, y punto. Es una historia muy requetemegavista, mezcla absoluta de Bailando con lobos, Matrix, Pocahontas y Terminator, y aún así ni se me hizo larga ni tonta ni sobrada de sustancia. Simplemente es un bonito relato con tintes ecologistas y morales con muchísimos estereotipos (sobre todos los personajes humanos, puro cliché). Pero Avatar es un auténtico y absoluto espectáculo y un festín para los ojos. Creo que durante la proyección fui brevemente consciente de que casi todos los planos de la película son una obra de arte y, como suele pasar, cuando te acostumbras a verlo constantemente pierdes parcialmente la noción de esa belleza. El mundo que ha creado James Cameron es hermoso, muy hermoso (aunque a algunos críticos entusiastas se les haya ido la pinza con los elogios), y la realización técnica (especialmente en 3D) es realmente revolucionaria que anuncia que aún tenemos mucho que vivir a nivel emocional en el cine. Por eso elevo a Avatar a un digno cuarto puesto, porque creo que esta es la primera de una nueva generación. He dicho. Por cierto, ¿ya la habéis visto?.

5. Okuribito (Despedidas)

Descubrí la existencia de esta película gracias a su victoria en los Oscars y, cuando fui a Japón en marzo, lo primero que hice fue comprarme a ciegas la BSO, ya que estaba firmada por mi adoradísimo Joe Hisaishi, compositor habitual de las películas del estudio Ghibli, y me fascinó. Al poco conseguí ver la película en japonés con subtítulos en inglés y llegué a la conclusión de que, efectivamente, su oscar estaba más que merecido. Pese a ser previsible, emocionalmente manipuladora y, muchas veces poco definida, creo sinceramente que la simple pero espectacular belleza argumental de la que hace gala esta película la convierte en una de esas pequeñas joyas que hay que disfrutar con mucha calma y varias veces. La he visto ya unas cuantas veces desde entonces (en el cine en VOSE, en casa ya en castellano) y me reafirmo: Despedidas es una de las grandes de este año. Imprescindible y maravillosa, es una preciosa forma de enfocar el tema de la muerte y de cómo el balance entre esta y la vida es lo que hace de la última que sea tan hermosa.

6. La duda

De vez en cuando aparecen pequeñas grandes obras que, argumentalmente, te dejan absolutamente descolocado, pensativo, y fascinado ante la capacidad que dichas obras consiguen revolver algo en tu interior y analizar tu propia humanidad. Es lo que ocurre con La duda, espectacular obra de teatro adaptada al cine por su propio creador, y que es ante todo una película de actores... ¡y vaya actores!. Los cuatro personajes principales están absoluta, totalmente soberbios, sin poder decantarme por uno concreto de ellos. Meryl Streep, Philip Seymour-Hoffman, Amy Adams y la desconocida Viola Davis nos cuentan una historia que, en el fondo, habla de todos nosotros: nuestra propia capacidad para evaluar a los demás, juzgarlos en base a nuestras creéncias, y de los errores que cometemos al hacerlo, para que luego al final todo sea relativo y despertemos a la duda, esa que nos consume inevitablemente ante nuestras decisiones correctas o incorrectas, para finalmente nunca resolverlas. Impagable es el momento en el que el padre Flinn relata la historia de la señora de la almohada en la iglesia. Arte en estado puro.

7. Gordos

Alguno seguro que me mata al poner esta película en mi Top 10, y por encima de las que están por debajo, pero realmente creo que si una película española destaca (y tanto) por encima de las demás, merece mi más absoluta recompensa, especialmente porque creo que, salvo excepciones, una gran porcentaje del cine patrio es más bien mediocre por mucho que se nos venda lo contrario. Afortunadamente, no es el caso: Gordos es la segunda película de Daniel Sánchez-Arévalo tras la fantástica AzulOscuroCasiNegro, y no decepciona: tratar las emociones y relaciones humanas utilizando como catalizador la mera excusa del peso corporal es atrevido e interesante, especialmente cuando se usa una narrativa tan efectiva y con tan buen gusto como en esta película. Exceptuando un metraje a mi gusto algo excesivo y una resolución un tanto cobarde y ambigua para algunos de sus personajes, creo sinceramente que Gordos es la mejor película española de este año y una de las mejores que he visto en términos generales. Personalmente, no dejaría de verla si tenéis la ocasión. Es francamente exquisita.

8. Malditos bastardos

La verdad es que no tengo mucho que decir de la nueva película del tito Tarantino salvo que se nota que el tío es un auténtico genio a nivel de dirección: la historia, una absoluta sátira de las películas de nazis y con mucho mensaje oculto entre líneas, suelta un enorme tufo a la narracióm ya empleada en la insuperable Kill Bill, pero que nos regala unas secuencias realmente impagables (la escena inicial del interrogatorio, así como la final en el cine son piezas exquisitas de puro cine), y las actuaciones de dos secundarios a los que no hay que perder de vista, Mélanie Laurent y Christoph Waltz, de levantarse de la butaca y aplaudir hasta reventar. Por cierto, ¿qué pinta Brad Pitt en esta película y por qué le ponen de protagonista si casi parece un extra?.

9. Camino


Vale, aquí si que se me ha ido la pinza, básicamente porque esta sí que es una película de 2008. Pero yo no la vi hasta marzo de 2009 y me parece tan increíblemente buena que no podía excluirla. Camino es otro ejemplo de que otro cine español es posible: uno que cuenta historias, que pretende ser comprometido de verdad, que tiene estilo propio, que pretende emocionar. Pese a ser extremadamente partidista y manipuladora emocional, además de ser todo un dramón de Kleenex rebuscado a propósito, el buen hacer de Javier Fesser en la dirección y un reparto inspiradísimo que empieza por la niña Nerea Camacho y termina en la madre Carmen Elías, Camino nos cuenta la historia (basada en una historia real) de una niña enferma que es apuntada con el dedo por el Opus Dei para ser su martir del año. El precioso desarrollo de la historia, mezclando la crudísima realidad con el mundo interior de una niña que aún es incapaz de sentir odio por nada o nadie a su alrededor pero ya suficientemente consciente de su realidad es realmente fascinante, especialmente las referencias a La Cenicienta. Es una película hecha con esmero y mimo que desprende mucha dedicación, y eso se nota en el fantástico resultado final. Imprescindible... si tienes un buen pañuelo entre manos.

10. Los mundos de Coraline


Menuda combinación... el director de mi venerada Pesadilla antes de Navidad se junta con el escritor Neil Gaiman (escritor de la enorme Stardust) para contarnos la historia de la peculiar Coraline (¡no confundir con Caroline!) y la tenebrosa aventura en la que se ve envuelta. Historia con mucha moraleja y un tanto tétrica, este clásico cuento de brujas y fantasmas es además todo un prodigio técnico hecho con las técnicas más tradicionales. ¡Ya tardais en verla!.

Y cambiando de tercio...


LOS MEGABODRIOS DEL AÑO


1. Dragonball Evolution

Todavía tengo pesadillas con ella. La vi en Tokio nada más estrenarse y salí echando todas las pestes y culebras que pude... menos mal que los japoneses no me entendían...

Dragonball Evolution es la lógica conversión tardía al cine de la mítica obra de Akira Toriyama que llega ahora porque es ahora cuando los americanos han empezado a tener interés en ella. No se salva absolutamente NADA de ella: guión nulo, ridículo, orientado a subnormales, actores que no se creen sus propios papeles, efectos especiales de tercera, localizaciones desaprovechadas, mucho croma que canta más que la orquesta de viena, aburrida, escenas metidas con calzador, resolución patética y encima amenaza de secuela. No se le puede pedir más a esta mierda absoluta que es mejor olvidar cuanto antes, especialmente si conocemos (como es mi caso) de pé a pá la maravillosa historia en la que se basa.


2. Fuga de cerebros


Pero... esperad, ¿puede haber algo peor que Dragonball Evolution?. ¡Sí!. Y cómo no, proviene de España, la tierra de las comedias cañís cacaculopedopis y chichinabo. Hablo de este aborto de película llamada Fuga de cerebros, precisamente una de las cosas por las que me avergüenzo de nuestro cine. Decir que es mala hasta vomitar sería ser benevolente: es una de las peores "cosas metidas en fotogramas" de la historia de lo audiovisual. Evidentemente, el guión es nulo que solo se presta a situaciones ¿cómicas? llenas de escatología, aburre hasta las ovejas y el final es lo más gilipollas que te puedes echar a la cara. Además, se supone que está ambientada en Oxford y hay ciertas escenas que dan vergüenza ajena como la que tiene lugar al final de la película en la supuesta estación de tren, donde se ve claramente que están en una estación de la Renfe y le han puesto pegatinas del todo a 100 a los trenes. Pfffffffffff. Por lo demás, memeces una detrás de otra, apariciones "estelares" de personajes cañí como Rodolfo Chiquilicuatre, escenas de tetas y folleteo que no vienen a cuento y en las que se recrean de lo lindo (el sueño del polvete con Amaia Salamanca), y lo que es peor: cuando la peli pretende ir de seria. El perfecto ejemplo que yo expondría al mundo para exterminar cruelmente al cine español sería esta... (lo siento, no puedo llamarle película). No vale ni para limpiarse el culo con ella.

Jo, qué a gusto me he quedado con esta crítica.


En fin, esperemos que el 2010, salvo estos dos últimos casos, sea tan bueno como el 2009 en materia cinematográfica. ¡Agur!.