27 de noviembre de 2008

La confirmación de la nueva Oreja de Van Gogh

La noche del pasado miércoles fue, dentro de la grisacea, casi negra semana que estoy viviendo en muchos frentes y que ha logrado borrar totalmente la sonrisa de mi rostro (no quiero entrar en detalles), un auténtico bálsamo y oasis de alegría y regocijo. Me acerqué a la conocida sala Joy Slava de Madrid para asistir al primer concierto (más bien presentación) de la nueva formación de La oreja de Van Gogh junto a su nueva cantante, Leire Martínez, y su fantástico disco A las cinco en el Astoria. Era un concierto privado, y las entradas solo se habían dado por invitación o, como en mi caso, por haber ganado un concurso (doy fe: lo de Manda al 5555 junto con la palabra x funciona). Ese mismo día tenía que haber ido con mi Sera a ver el musical de La bella y la bestia, pero como me tocó esto, le di la entrada a mi señora madre y ¡hala! mientras ellos, novio y suegra, disfrutaban del musical, yo fui al concierto. Nos vimos a la salida, ya que ambas cosas coincidían y no estaban demasiado lejos entre sí.

El recinto estaba realmente lleno: unas 300 o 400 personas a lo sumo, pienso yo. Estuvimos esperando hasta las 21:00 horas mientras una gran pantalla de proyección nos mostraba imágenes del grupo haciendo promoción de una marca de zapatillas (la publicidad que no falte). Yo estaba ya bastante nerviosito... de las ganas que tenía, claro.

Junto a mi se vino mi querido amigo Carlos, que aunque no le gusta nada La oreja de Van Gogh, al menos la antigua formación, quiso amablemente acompañarme ya que Sera estaba en el musical. Se lo acabó pasando de fábula, como no podía ser de otro modo. Vimos algun famosete por ahí, como la reportera del Sé lo que hicisteis Pilar Rubio, que además ¡filmó mientras yo estaba detrás!. ¿A que salgo en el programa?. ¡Ya tuve bastante con salir en el Tomate!.

Y finalmente, llegó La oreja: salieron todos a la vez al escenario: Xabi, Álvaro, Pablo, Haritz y, cómo no, Leire. Tras una de esas impresionantes intros musicales que se han marcado siempre, empezaron fuerte: Más, una de las más cañeras del disco. Ahí empecé a alucinar: un público 100% entregado desde el primer segundo y, lo que es más sorprendente, con las letras de todas las canciones del Astoria más que bien aprendidas. El subidón fue increíble nada más comenzar, por eso y por el excelente y potente directo de Leire, que no tembló ni un solo instante en todo el concierto. Es más, puedo asegurar que mejoró otras canciones de la etapa de Amaia Montero como Muñeca de Trapo.

El concierto fue, no obstante, corto pero intenso: canciones nuevas alternadas con antiguas de manera francamente con buen pulso y juicio. A las ya citadas, del nuevo album se interpretaron los dos inevitables singles de presentación El último Vals (tema que cerró el concierto), Inmortal y también Sola, que ya en el disco termina con un homenaje a uno de sus grandes éxitos, París, y que como ya sospechaba, al interpretarla no se detuvieron y también cantaron esta. De los temas de la etapa de Amaia Montero también cantaron Rosas y La playa.

Pero el momento mágico de la noche fue la emocionante, única e irrepetible interpretación de ese temazo al que ya hice referencia nada más escuchar el nuevo disco por primera vez: Jueves, un precioso tema dedicado a las víctimas del 11-M y que, en esta ocasión, magnificó su ya de por si alta carga emocional hasta el infinito. Mientras se interpretaba esta canción, todo el mundo la coreó susurrando sin que nadie subiera el tono más de la cuenta durante ni un solo segundo. Al final, y ya todos con el corazón en un puño, estalló una enorme ovación que duró bastante tiempo. Hasta Carlos, que no se emociona fácilmente, acabó llorando.

Corto pero espectacular. Sin duda se confirma que Leire es un auténtico soplo de aire fresco para el grupo, además de ser un auténtico prodigio en vivo. Si buscaban testear si aún son capaces de atraer grandes masas, creo que lo han demostrado: la nueva Oreja de Van Gogh, sin desmerecer a la antigua (yo los he seguido desde el primer disco), tiene un brillante futuro por delante, sobre todo si sacan discos tan asquerosamente buenos como este A las cinco en el Astoria. Eché de menos que cantaran dos de mis temas favoritos del nuevo CD que son Cumplir un año menos y Europa VII, pero supongo que ya lo harán cuando hagan una gira decente. ¡Larga vida a la nueva Oreja de Van Gogh!. Me siento honrado de haber asistido a su primer concierto en España como nueva formación y les doy las gracias por haberme devuelto a la vida en una semana, como ya he dicho, realmente horrible.


Aunque, la verdad, la mejor recompensa la tuve cuando volví a casa...

ACTUALIZADO: Incluyo el video que grabé de Jueves. Disfrutadlo.



Un abrazo.