26 de noviembre de 2006

Un año sin ti

Hoy se cumple un año desde que tu luz, protección, guía y amor desaparecieron físicamente de mi vida. Maldita sea, que rápido pasa el tiempo. Hoy hace un año que ya no puedo llamarte por teléfono para saber cómo estás, para ir a verte y que me hagas una de tus desproporcionadas comidas mientras enciendes la estufa bajo la mesa y me dices que meta las piernas para que no coja frío. Hoy, hace un año que ya no puedo darte un beso ni abrazarte ni ser testigo emocionado de ver tu orgullosa mirada de abuela al ver a tu nieto mayor, y el precioso brillo de tus ojos cada vez que pasabamos un rato juntos.

Hay tantas cosas que he vivido a tu lado, buenas y malas, tristes y alegres… desde que nací, siempre fuiste mi ángel protector. Eras mi abuelita, mi favorita, mi guía y apoyo. Como todas las personas nunca fuiste perfecta y tus peculiaridades eran tu rasgo más significativo, pero eras MI abuela. Y ya no estás.

Te fuiste sin avisar, rápida y fugazmente, sin esperarlo. No quisiste darnos la tabarra ni para eso. Fuiste discreta y rápida. Pero fue como un enorme mazazo recibido sin esperar.

Mi vida desde que no estás no ha ido muy bien y solo ahora empieza a remontar un poco. Es como si desde que te fueras yo hubiera perdido el rumbo de mi existencia. Literalmente, todo se fue al carajo desde que abandonaste este mundo.

Solo quería, de manera directa, decirte que no hay dia que no piense en ti. Que te echo de menos, abuelita, y que pensar que el resto de mi vida ya no podré verte me rompe el corazón.

Siempre te recordaré. Te quiero.