1 de diciembre de 2005

Un agrio pensamiento

Hoy mi comentario será corto y breve. He dormido muy bien, pero hoy soy incapaz de concentrarme en nada. Me siento profundamente decaído y en una especie de montaña rusa emocional. Lo bueno de todo esto es la certeza de que esto irá poco a poco mejorando. En todo caso, no tengo ganas de nada, ni siquiera de escribir en el Blog algo decente (si es que alguna vez lo hago). Supongo que poco a poco iré empezando a poner cosas más positivas. De momento, simplemente, no puedo hacerlo.
Hace una semana trabajé, como todos los días, y me fui a mi clase de baile por la tarde, donde aprendo a bailar Salsa, Merengue y otras lindeces. La semana anterior ya había pensado "cuando salga a las 9 de la noche, podría acercarme a casa de la abuela y cenar con ella". Hace una semana, esa era mi intención. Pero mi prima Lorena me había pedido igualmente que la ayudara con un examen de Inglés, y decidí quedar con ella en mi casa a las 21:30. Así hice. Me dije a mí mismo "La semana que viene iré a ver a la abuela".
Ha pasado una semana. Ayer cuando regresaba de casa de Sergio el subconsciente me jugó una mala pasada y pensando en lo que iba a hacer hoy, pensé por un fugaz instante "iré a ver a la abuela". Inmediatamente me di cuenta de la jugarreta que me había hecho la mente y me puse a llorar como una magdalena en el coche.
La abuela ya no está. No podré volver a ir a su casa a verla.