8 de junio de 2007

Cero

Hoy va a ser un gran día. Hoy, por fin, termina una larguísima cuenta atrás. Ya sé que no han sido muchos días, pero a mi me lo han parecido.
Hoy, si todo va bien, leerás estas palabras estando yo a tu lado viendo la cara que pones, y no a destiempo mientras yo estoy en otro lugar y hasta en otro tiempo.
Hoy la cuenta ha llegado a cero. Ya era hora.
¡No puedo esperar a que llegue la noche!.

Conciertazo de Malú

Anoche, el Madrid Arena recibió en vivo una de las grandes voces de este país, Malú, para presentar en vivo su último trabajo, Desafío, y de paso celebrar los 10 años de carrera en los cuales ha sacado nada menos que ¡7 discos!. Personalmente estaba deseando ir a este concierto, el tercero al que voy de ella, porque su último disco me parece, de lejos, el mejor que ha sacado. Cada canción es una auténtica joya. El recinto estaba a reventar, y yo fui acompañado de mi tía Pepa y mi compañero de trabajo Quique y su novia. Estábamos en el gallinero por la parte de atrás, bien rodeados pero no agobiados. Estupendo.

Vamos a entrar en el concierto en sí: tras un discurso con voz en off de la propia Malú invitándonos a vivir su desafío con ella, la banda empezó con la canción idonea: Agua de mayo, que abre su último disco, auténtico prodigio y maravilla de canción, llena de fuerza, ritmo y sentimiento. A partir de ahí, la primera parte del concierto se centró en las baladas y los temas muy “sentíos”: Duele, Enamorada, Sin ti todo anda mal, la increíble Diles, Te conozco desde siempre, Por una vez o la maravillosa Me quedó grande tu amor. No faltó su clasicazo Aprendiz, que fue una de las canciones-karaoke de la noche, aunque en general el público se las sabía todas de pe a pa.

Del último disco cantó casi todas. Entre todas ellas tengo que destacar una que a mi, personalmente, me parece un milagro de canción: la que da nombre al disco, Desafío. Es simplemente emocionante, desgarradora, preciosa. Una de esas canciones que te ponen la carne de gallina y hace tus emociones se desborden. Pero no solo esa, evidentemente: ahí estuvieron también Dame tu alma, No voy a cambiar (otro momentazo de la noche), Aulilí, Si estoy loca, Ya lo ves, Llanto lloro y, por encima de todas estas, En otra parte. Este último tema, que precisamente es el que cierra su último disco, se trata de una balada-copla de las de antes con un poderío vocal que deja en evidencia a muchos otros cantantes. Si a eso le añadimos que la canción fue interpretada casi únicamente por la voz de Malú y una guitarra española (de un invitado sorpresa, un guitarrista, que yo personalmente no conocía), el resultado no pudo ser más espectacular. La gente gritó y vitoreó lo que no está escrito.

Otro momentazo de la noche, uno de los más increíbles, fue cuando tras la despedida y la obligada petición del bis, Malú volvió a aparecer para interpretar solamente con la música de un piano Y si fuera ella de Alejandro Sanz… ¡y mezclarla con la parte final de Devuélveme la vida de Antonio Orozco!. Fue uno de los momentos más preciosos de la velada: todos, absolutamente todos, sabíamos esas canciones al dedillo: 6.000 personas cantándolas al unísono. Fabuloso, increíble, indescriptible, único.

Y aunque parezca, por mis palabras, que todo fueron baladas, nada más lejos de la realidad: la marcha también se impuso ¡y de qué modo!. Ahí estaban Malas tentaciones, No me extraña nada o Toda para que moviéramos el esqueleto. Para terminar el concierto, como ya suele hacer siempre, interpretó una de sus canciones fetiche: Como una flor. Lástima lo de esta canción, una desgarradora balada sobre la libertad de la elección del amor, sea cual sea tu sexo, en la cual todo lo que has sufrido por tus derechos tiene una justa recompensa. Y digo que es una pena porque, si bien la canción original es impresionante, Malú ya tiene por costumbre comenzarla por su estructura original para luego transformarla en un Dance Hit que le quita prácticamente toda su fuerza. Desde luego, más marchosa no puede ser la canción, pero cantar en plan chochi-pop una canción con una letra así es una pena.

Resumiendo, que ya está bien: la noche no pudo ser más redonda. El repertorio fue perfecto, la voz de ella impecable, la puesta en escena fabulosa, el público entregado y dispuesto siempre a más. Con conciertos así, da gusto. Y por mi parte, que Malú siga sacando discos tan asquerosamente buenos como Desafío, un monumento al buen hacer y al arte de esas canciones que siempre llegan al alma.

Dejo un pequeño video que grabé con un pequeño fragmento de Diles. Disculpad la calidad, pero entre el Zoom y la calidad de la grabación en sí, no he podido conseguir nada mejor.

Os recomiendo que vayáis a verla si podéis, este verano va a tener muchos conciertos. Es simplemente maravillosa.

Un abrazo.