13 de abril de 2008

¡Ya se han casao!

Dany (con y, para distinguirme de mi) ha sido amigo mío desde que nacimos. Literalmente. Vecinos de la misma calle, siendo él solo 5 meses mayor que yo, hemos ido a párvulos, la EGB y el instituto juntos. Y nuestra amistad ha crecido y perdurado durante toda nuestra existencia. Prácticamente de adolescente, Dany se echó novia, Gemma. De esto hace ya 11 años. Y Gemma se convirtió en parte de mi vida, tanto como Dany.

Esta foto de arriba corresponde a las navidades de 2001. Tengo fotos más antiguas, pero esta es la que más me ha gustado. Con el paso del tiempo hemos tenido nuevos amigos, gente que ha ido y venido, gente que se ha incorporado, pero ellos siempre han estado allí. Como en toda amistad larga, con más y menos, con riñas y momentos muy felices y tristes, y otros de mucha tensión, pero siempre ahí.

Ayer se casaron tras más de una década de noviazgo, y tuve el privilegio de asistir a su boda junto a todos nuestros amigos comunes y las familias de ambos.

Dany iba guapísimo, pero es que Gemma iba realmente ESPECTACULAR, una de las novias más bonitas que he podido ver nunca. El clima y el día les acompañaba, y celebraron un matrimonio civil en un pueblo a las afueras de Madrid. ¿Verdad que estaban geniales?.

Sera se encargó de las fotos mientras yo grababa el video. Ahí me tenéis como una Magdalena mientras les veo acercarse al altar. Y es que uno no es de piedra... son muchos años, muchos recuerdos y verles en un día tan importante para ellos es realmente sobrecogedor.

Ahí estamos la maritropa: Carlos, Miguel, Jose, Sera y un servidor de rigurosa gala, aunque con un toque de color (las corbatas mía y de mi nene), porque la ocasión lo merecía. Lo pasamos genial, la verdad: una boda distinta y muy freak, tanto por detalles puntuales como la selección musical (la boda terminó con un tren de gente cantando la canción No puede caber aquí de la película La cosa más dulce).

Otra foto de los novios en el momento de firmar su matrimonio. Me encantó que no se casaran eclesiasticamente, porque además quien los casó hizo unos preciosos discursos sobre el amor muy alejados de la parafernalia cristiana.

Ya como matrimonio, saliendo al exterior, estaban radiantes. Y todos gritamos aquello de ¡Vivan los novios! con fuerza y ganas. Y de verdad con ganas, se lo merecían.

Cuando todo terminó, nos fuimos de cena al bar de toda la vida al lado de casa de Gemma: tapitas y cachondeo en un bar de barrio, al menos hasta que aguantó el cuerpo (poco). Aquí está la preciosa Gemma junto a mi chico y yo, apurando las últimas horas del día.

Me siento orgulloso de haber pasado este día con ellos. Pienso en la retrospectiva, en todos los años de amistad y en todo lo vivido... y me quedo con eso, simplemente un orgullo desmesurado. Nuestra relación no es siempre buena, pero como pasa con todas las amistades que perduran muchos años. Siempre hay más y menos. Pero hoy, dejando todo eso de lado, quiero desearles toda la felicidad del mundo y muchos más años a su lado, y seguir viéndoles crecer. Enhorabuena chicos. Lo habéis logrado.

Y por último, quiero hacer mención especial al World's greatest boyfriend, mi querido Sera (en la foto recogiendo su premio), que se portó como todo un Señor en una situación que podría haber sido potencialmente incómoda. Pero como siempre, superó todas mis expectativas. Gracias, guapo: es un orgullo, y cada día más, ser tu novio. Eres realmente un ser excepcional.

Abrazos y buenas noches a todos.