23 de febrero de 2006

Una Reese muy legal


Ayer fui a ver Walk the line (o En la cuerda floja, traducción al castellano), nombre inspirado en una canción de Johnny Cash, protagonista absoluto la película la cual gira en torno a su vida, alegrías y penas.

Sinceramente, me pareció un producto extremadamente americano y hace mucho que no recordaba tanto tópico uno tras otro. Es una película realmente vendible, e insulsamente sensiblera, de esas que buscan la complicidad del público en todos los sentidos.

Cuando me refiero a tópicos de esos que hacen que el protagonista entre en tu corazoncito, me refiero a TODOS los que uno se puede imaginar en todas las escenas de la película. Es previsible hasta decir basta. Lo siguiente que voy a poner es un spoiler total, así que si queréis ver esta película, no lo leáis, aunque desde luego tampoco hay mucha sorpresa que desvelar.

INICIO DEL SUPER-SPOILER

Johnny vive en el campo ayudando a sus padres. Tiene un hermano mayor adorable y bueno que fallece trágicamente. Su padre (alcohólico, por supuesto) no deja de recordarle que Dios se ha llevado al hijo equivocado, y blablabla. Johnny crece, va al servicio militar (donde empieza a componer canciones sobre la vida), vuelve, se casa con una chica que apenas ha conocido y tiene una niña. Entonces ocurre lo típico: forma una banda con un par de mataos y sueña con grabar un disco. Por supuesto, todo empapado de una gran cantidad de problemas económicos, el drama de ser muy pobres pero con la ilusión de querer alcanzar un sueño, blablabla. Entonces llegan a la audición de marras y el productor, tan majo él, hace que Johnny saque la inspiración de dentro y haga un temazo de esos que llegan al alma. El éxito es inmediato, empiezan las giras, blablabla... la mujer espera un segundo hijo, y empieza el drama de no estar nunca en casa con sus niñas, le tientan las fans, las drogas, conoce a Elvis y a otros cantantes famosos de la época... y entonces llega June Carter, interpretada por Reese Whitherspoon, lo mejor de la cinta. Desde el principio sabes que van a acabar juntos, y por supuesto entra el drama personal de ella, con todos acusándola de ser una mala cristiana por haberse divorciado, blablabla... en fin, y el resto ya se puede imaginar: Johnny se divorcia, cae en un infierno de drogas, del cual saldrá gracias al amor maravilloso y bondadoso de June, y finalmente comerán perdices pese a todos los baches de la vida. Incluso al final te salen la típica leyenda de lo que pasó con ellos y te enteras de que murieron hace poco, claro... con una frase de lo más manida: June falleció en marzo de 2003 y Johnny la siguió cuatro meses después. Porque claro está, esto es una película de amor.

FIN DEL SUPER-SPOILER

Tras este destrozo que he hecho (que no lo creo como tal), me reitero nuevamente en que el problema básico que tiene esta película es el exceso de tópicos agradables al espectador que, por otro lado, hacen más llevadero el tedioso ritmo que tiene durante el nudo. La película es más que aceptable, siendo lo más destacable las letras de las canciones. Yo no conocía nada de nada a Johnny Cash, pero entiendo que han dado mucha importancia a temas como Ring of fire, la citada Walk the line o Cry, cry, cry. Se pasan media película cantando en lo que parece siempre el mismo escenario. Es un musical muy atípico, para entendernos.

Pero vamos a sacar las virtudes de la película, y esta reside básicamente en los actores principales. Joaquin Phoenix está soberbio y realmente creíble, especialmente en las partes que se hace patente su adicción a las drogas, empieza a destrozar todo, o se muestra desesperado. El problema del personaje es que no escapa a los tópicos mencionados, resultando en su conjunto realmente plano.

Y por fin llego a lo que realmente me ha encandilado de la película: la adorable Reese Witherspoon. Su personaje de June Carter eclipsa completamente al de Johnny Cash por sus muchísimas virtudes: simpatía espontánea y natural, delicadeza y dramatismo. Está tan maravillosa en todas sus escenas que lo único que te apetece cada vez que la ves es darle un afectuoso beso en la frente y abrazarla. ¡Quién me lo iba a decir a mi cuando protagonizó esas petardadas divertidísimas de Una rubia muy legal!. No me extraña que haya sido nominada a mejor actriz: desde luego, está francamente RADIANTE. Tan solo por verla merece la pena ver esta película. Es una pena que yo ya tenga una clara favorita para los Oscar, la todoterreno Felicity Huffman, a quien tras ver en Transamerica haciendo de adorable travesti, creo que se merece todos los premios y más. Aunque me da a mi que la pugna estará entre estas dos actrices, la verdad. Es muy posible que se lo den a Reese, pues tampoco le anda a la zaga.

En resumen: si la temática de cantante-drogadicto-redimido-por-el-amor-basado-en-hechos-“reales” no os va demasiado, no veáis Walk the line. Es, además, una americanada en toda regla, pero bien rodada y mejor interpretada. Para entendernos, esto no es Una mente maravillosa. Yo, por mi parte, he salido satisfecho, salvo quizá por el tedioso nudo de la película.

Un abrazo.