16 de febrero de 2008

Nunca olvida, nunca perdona

Ayer, por fin y tras algunos años de espera, por fin vi la adaptación cinematográfica de mi alabadísimo Tim Burton del musical de Stephen Sondheim Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet, protagonizado por sus ya clásicos Johnny Depp y Helena Bonham-Carter, junto con otros grandes como Alan Rickman, Timothy Spall o Sacha Baron Cohen.

A ver por dónde puedo empezar... supongo que por lo más básico, decir que me ha ENCANTADO y me parece un nuevo clásico para los años venideros. La cinematografía es simplemente fantástica, con una tonalidad gris que impregna la oscuridad de todo el mundo que rodea a Benjamin Barker, y algunas escenas hilarantes como la primera llegada a la calle Fleet o cuando Sweeney se pasea por la calle hablando con los transeuntes. Los actores están fabulosos, especialmente los dos protagonistas y la Carter en particular (esta sí se merecía una nominación al Oscar por encima de Depp), que está divertidísima.

Y ahora lo más importante: la historia y las canciones. La música no ha sido alterada, sigue siendo de Sondheim, quizá algo mejorada y mejor orquestada, es decir: magnífica. Las canciones son poéticas, complejas y llenas de referencias filosóficas acerca del sentido de las acciones que hacemos y los fantasmas del pasado que nos atormentan hasta llegar al punto de no retorno. Porque sí, esta película trata sobre eso: el cómo las opresiones de la vida puede convertirnos en aquello que nunca quisimos convertirnos. En cómo la venganza y el odio solo genera más odio y venganza, y en la deshumanización que eso conlleva. La frase estrella:

What was his crime?... Foolishness

Las canciones son todas maravillosas, pero siempre he sentido debilidad (es una canción muy especial para mi) por Not while I'm around, cantada a la Sra. Lovett por el pequeño Toby.

Objetivamente, a la película le faltan dos cosas importantes: el tramo final es muy acelerado y deja inconclusas las historias de algunos de los personajes, a diferencia del musical original, y falta una canción importantísima que hace de veces de narrador a la historia, The ballad of Sweeney Todd, que suena varias veces a lo largo de la historia hasta completarse. Por cierto, el subtitulado oficial de la película se toma algunas licencias tontas como decir "Te entiendo, Johanna" cuando está diciendo "I feel you, Johanna" o "No conoces el lado amargo de la vida" cuando está diciendo "Life has been kind to you". Tonterías que mi me parecen importantes.

De visionado obligado para cualquier cinéfilo, le gusten los musicales o no. Eso si, a quien no soporte las ultradosis de Ketchup en primer plano, porque tiene algunas escenitas bastante desagradables de cuellos degollados.

Os dejo con el video de The ballad of Sweeney Todd, no os va a arruinar la película. Es más, os va a ofrecer un añadido extra a la misma.

Attend the tale of Sweeney Todd...

Un abrazo.