8 de septiembre de 2008

El final de Saint Seiya

Hace unos días se emitieron los últimos episodios de la Saga de Hades de Saint Seiya o Los caballeros del zodiaco en Japón. Con estos, termina por fin tras más de 20 años la adaptación al anime que Masami Kurumada realizó hace tanto tiempo.

Saint Seiya en su versión original es un manga de 28 volúmenes que comprende tres grandes sagas: la de los Caballeros de oro en el Santuario, la de Poseidón y la de Hades. El manga se adaptó a la televisión en los años 80 y, como muchos entonces, tuvieron una cantidad de relleno considerable que no estaba en el original. Fruto de esto se inventó una saga nueva intermedia solo para televisión, la de Asgard, que irónicamente es muy posible que sea la mejor que tiene la serie televisiva. Pero cuando llegó la saga de Poseidón, la audiencia de la serie bajó tanto que fue cancelada en cuanto terminó dicha saga. Y así nos quedamos los fans de la serie, sin la que era la mejor de todas las sagas y que ponía punto final a la historia: la de Hades.

En el año 2003, saltó el campanazo: se producía la saga de Hades finalmente en una serie de OVAs (películas cortas de anime), fruto de la mitificación que sufrió la serie en los años venideros. Desde 2003 hasta ahora, han sido 31 OVAs divididas en tres mini-sagas (Santuario, Infierno y Campos Elíseos) que tuvo su punto y final hace solo unos días. Por fin pudimos ver en versión Anime a Hades en persona, a las gloriosas Armaduras divinas de los caballeros de bronce, o a la Diosa Atenea vistiendo su majestuosa armadura. Y sin embargo, no puedo evitar sentirme un poco decepcionado.

Porque la saga de Hades ha sido una auténtica patraña, una excusa barata para poder forrarse a costa del merchandising (del que yo mismo soy víctima gustosa). ¿Y por qué digo esto?. Pues porque pese a que los dibujos son sublimes e infinitamente mejores a los de la serie original y la fidelidad al manga es casi perfecta, lo cierto es que la calidad de la animación es tán patética que lo más suave que puedo decir de ella es que es un bonito flash animado.

Si bien se nota que la primera parte, el capítulo del Santuario, está mucho mejor realizada (se notaba el entusiasmo inicial y las ganas de hacer algo digno), como no obtuvieron el éxito deseado el presupuesto para los capítulos restantes debió reducirse considerablemente. Hay momentos de vergüenza ajena, como el momento de la reunión de los caballeros de oro, donde literalmente utilizan 4 dibujos para toda una escena, adornándolos con zooms, poniendo efectitos de destello, y poco más. Absurdo, indignante.

Y sin embargo, no puedo evitar sentir lástima porque aunque, como ya he dicho muchas veces, la serie es objetivamente una bazofia (guiones lineales, cíclicos y siempre contando lo mismo y con los mismos recursos, imaginativa cero), la serie y el manga son parte mítica de mi infancia, así que al terminarse, se me encoge un pelín el corazón.

Esperemos que las adaptaciones paralelas que se han hecho de Saint Seiya (muchísimo mejores que la original) como el Episodio G o El lienzo perdido tengan en el futuro mejores adaptaciones. Eso por no mencionar la tan mentada Saga del cielo o de Zeus, de la cual tuvimos un escaso adelanto en forma de película hace unos años. Veremos.

Un abrazo.


Operación palillo #5