![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhqfzpUQmmoEANgVk5rYE-wuMBmxWXBbVxogiQSG1405o-n9Dzla898GApkXZdyj3iQf2qGo7KOHJ2VIxpACtqU6MIL0TEq6SADp1UlRebpfW7UDbAAJTiCuGw4GSahcfRdxckv/s400/SeraJovencito500.jpg)
La persona que veis ahí arriba, evidentemente, no soy yo, sino mi adorado
Sera. El otro día, cuando publiqué
el post en el que hablaba de la
relatividad del paso del tiempo, publiqué una
foto mía con 17 años delante del escritorio del ordenador en casa. Sera, al verlo, me dijo
juraría que tengo una exactamente igual, e incluso de la misma época. Y así era: vi la foto y me
partí de risa, porque realmente estamos
iguales. Por eso pongo la foto, me parece un complemento
perfecto al post del otro día, y de mostrar la
preciosa casualidad de ambas fotos. Está
guapo mi nene, ¿verdad?.
El otro día fue
San Valentín, y coincidimos ambos en que es una fecha como cualquier otra y por eso no hicimos nada especial (salvo ir a un Spa cojonudo que nos regaló mi cuñada hace unos meses), pero me gustaría decirle, si me lee, que le
quiero mucho, tierna, apasionada, racional, sinceramente. Como nos gusta a los dos.
Un abrazo.