31 de mayo de 2006

Sensación

Into the West


Hace poco he leído en el blog de mi blog-compi Rafa algo con lo que me he sentido extremadamente identificado, y he pensado que un simple comentario en su blog no era suficiente, pues un día de estos hubiera escrito esto de igual modo, así que... Rafa, perdóname si aparentemente soy un copión, pero tu post me ha hecho recordar y redescubrir la importancia de esta canción para mi.

Que soy un gran fan de Tolkien no es secreto para nadie. Que lo soy de las películas de Peter Jackson, tampoco. Y que lo soy también de Annie Lennox desde hace muchos años (su canción Why es mi canción favorita de cualquier época o cantante) tampoco es, igualmente, nada que no sepa nadie que me conozca un poquito.

A mediados de 2003, cuando aún quedaban 5 meses para el estreno de mi esperadísima El retorno del rey, saltó la noticia: Annie Lennox iba a interpretar el tema que cerraría la trilogía, en un tema llamado Into the West. Como diría Sam al despertar en el campo de Cormallen: ¡Oh gozo y esplendor! Todos mis deseos se ven realizados. La emoción que sentí en ese momento fue inexplicable.

Pasó el tiempo y escuché por fin el tema. Y lloré. Me emocioné de tal manera que no pude evitar relacionarlo con muchas experiencias propias, hermosas y tristes a su vez. Porque este tema habla de la muerte, del dulce sueño eterno, de la esperanza tras el velo gris del mundo, y de ese lejano y verde país que nos espera detrás del mismo, donde todo se convierte en cristal plateado.

Al ver la película, el propio Gandalf le explica eso mismo a Pippin cuando este ha perdido ya la esperanza, en uno de los momentos más anticlimáticos pero hermosos del metraje de las tres películas, en el cual no hay efectos especiales pero que demuestran que la grandeza del cine no se mide por determinados factores...

Y ahí está, un tema que estará para siempre dentro de mi corazón, grabado a fuego, que por muchas veces que escuche nunca podré olvidar.

Gracias a Fran Walsh, Howard Shore y Annie Lennox por semejante regalo... estaré siempre en deuda con vosotros.

El video que he dejado en cuestión es una curiosidad que he encontrado, y es un montaje de escenas de otra de mis grandes pasiones, Final Fantasy, combinado con el tema en cuestión... espero que os guste tanto como a mí.

Un abrazo.

Attend the tale of Sweeney Todd...

Ahora que aún tengo fresco el primer visionado de esta pequeña joya del cine musical, de la cual tenía un absoluto desconocimiento acerca de su existencia, voy a intentar transmitir todo lo hermoso que este atípica obra me ha transmitido...

Sweeney Todd: The demon barber of Fleet Street tiene su origen en 1982 (hablo de este DVD, porque originalmente es de 1979), y está protagonizado por Angela Lansbury en el papel de la adorable pero sufrida Sra. Lovett, y el del propio Sweeney Todd por George Earn (aunque este último no era el Sweeney original).

La historia gira en torno al pobre barbero, que regresa a Londres tras una condena de varios años impuesta por el cruel juez Turpin, quien sentenció a Benjamin Barker (ahora llamado Sweeney Todd) cruelmente, pues lo que deseaba este era quedarse con su embarazada esposa, a quien deseaba por encima de todo. Pero ahora las cosas han cambiado: Sweeney ha regresado para descubrir que su esposa murió y que el cruel Juez tiene a su ya casi adulta hija Johanna encerrada y aislada del mundo con intenciones poco nobles... y así, Sweeney llega a Fleet Street, donde conocerá a la Sra. Lovett, quien vende los peores pasteles de carne de Londres. Juntos iniciarán un macabro negocio con una oscura intención...

Y ahora entramos en el mundo mágico de los musicales, donde todas las emociones son desbordantes y hasta las cosas más oscuras se hacen claras. Y, sobre todo, está el drama de los personajes y el mensaje oculto entre líneas que nos pretende transmitir: Sweeney Todd no es más que un corazón herido, un alma que una vez tuvo esperanza y lo perdió todo. ¿Quién era Sweeney Todd?. Un necio. Simplemente eso. Un necio enamorado y corrompido, pero con un conmovedor fondo.

Está la Sra. Lovett, quien desesperada por obtener un amor que no podrá nunca ser correspondido, hará cualquier cosa, lo que sea, para complacer a su amado... y tenemos a los risueños Anthony y Johanna, jóvenes con esperanzas y sueños, la parte más hermosa, risueña e irreal de la obra. Y debo decir, señores, que la voz de Johanna es algo increíble, y la sensibilidad de Anthony también...

La galería de secundarios con protagonismo absoluto es interminable, destacando sobre todo a la vieja mendiga (City on fire!!) y al pobrecito Toby... y es precisamente este último quien canta un tema que me ha llegado profundo al corazón, Not while I’m around, cuya letra os dejo aquí expuesta, junto con el primer video publicado en mi Blog, correspondiente a una grabación de este tema de una función más reciente de Broadway que, si bien no tiene NADA que ver con la original, al menos podéis escuchar esta preciosa canción que traspasa cualquier corazón.
Nothing's gonna harm you
Not while I'm around
Nothing's gonna harm you
No sir, not while I'm around
Demons are prowling everywhere
Nowadays
I'll send 'em howling I don't care
I got ways

No one's gonna hurt you
No one's gonna dare
Others can desert you
Not to worry, whistle, I'll be there

Demons'll charm you with a smile, for a while
But in time, nothing can harm you
Not while I'm around

Being close and being clever, ain't like being true
I don't need to - I would never hide a thing from you
Like some

No one's gonna hurt you
No one's gonna dare
Others can desert you
Not to worry, whistle, I'll be there

Demons'll charm you with a smile, for a while
But in time, nothin' can harm you
Not while I'm around.

Personalmente me identifico con Anthony en esta obra, y debo y tengo la obligación de decir que cualquier persona amante de los musicales no debería bajo ningún concepto perderse esta maravilla. Aún estoy embriagado y conmovido por la fuerza y profundidad de su contenido.
Como dijo ya la Selma de Bailar en la ocuridad, Me gustan los musicales porque en ellos nunca pasa nada malo, todo el mundo es feliz. Amén.