18 de abril de 2005

Definición de felicidad

Finalmente ayer decidí que era mejor que fuera solo al teatro, pese a que me dolía bastante dejar a mi chico al margen. De todos modos él no podía ir, así que me siento algo mejor al respecto. Estoy seguro de que, no obstante, en una próxima ocasión similar no titubearé.

Ayer viví una situación en la cual se presentó una posibilidad de hablar sobre la felicidad en su definición por excelencia. Y pese a que no salí muy airoso de ese pequeño debate (porque tengo la curiosa capacidad de empezar a expresar correctamente una idea y desvirtuar lo que quiero decir a medida que hablo), creo que dejé claro que sí soy feliz, tanto ahora como lo que soy capaz de ver de mi futuro inmediato.

Entonces yo me pregunto: ¿Qué hace feliz a alguien?. O mejor aún, voy a rizar más el rizo: ¿Qué me hace feliz a mi?.

Es difícil, muy difícil, intentar expresar con palabras lo que te hace feliz en la vida... todos los ámbitos que componen tu mundo, tu alegría... a menos que seas un auténtico virtuoso de la palabra. Yo no lo soy, pero lo intentaré igualmente.

Estoy enamorado. Estoy profundamente enamorado, de un modo que no creo haber conocido jamás. No es, sin embargo, un modo. Creo que es el amor. No creo que esta forma de sentir sea comparable a otra cosa. Absolutamente a nada. El hecho de sentir esto, que yo ya no puedo considerar amor (para mi es algo más que eso, algo que está muy por encima de lo que se suele definir como amor), hace que cada mañana cuando me levanto una sonrisa se dibuje en mis labios. Hace que cuando voy al trabajo y pienso en su rostro mientras el sol aparece por el este me invada una alegría casi obscena. Hace que cuando me sienta presionado o dolido por distintas cosas a nivel personal o laboral, se me curen todos los males. Hace que cada vez que le digo "Te quiero" me sienta mucho más cerca de un estado de maravillosa embriaguez, que mi corazón se enardezca, que mis lágrimas de gozo limpien mi espíritu de impurezas.

Y no es solo ya eso: no me hace falta nada más para ser feliz: ni el lugar, ni la situación, ni lo que haga el día a día: sólo hace falta mirarle a los ojos, o acariciar sus cabellos, o estar ambos abrazados, para que nada más importe.

Pero no es solo el amor ya: la felicidad se compone de muchos factores. Yo tengo suerte de trabajar en lo que me gusta, y siento una realización personal y una exaltación moderada de mi ego que me hace sentir seguro y determinado. Me siento apreciado por mi trabajo. Creo que tengo un grupo reducido pero fiel de amigos, y no necesito más que eso. Tengo una familia que me quiere aunque a veces tenga problemas con ellos (como en todas las familias, supongo).

Aparte de todo eso, está el hecho de que yo, para mis adentros, creo conocerme a mi mismo. Y creo que he llegado a ser una persona sensata y honrada, y que tengo mucho por lo que enorgullecerme a nivel personal. Mis logros, personales y no personales, y sobre todo el analizar mi psique y lo que es la esencia de mí mismo y encontrar que soy aquello que siempre quise: una persona íntegra.

Creo que la felicidad uno la encuentra cuando se da cuenta de que ha luchado por aquello que cree y va paso a paso consiguiéndolo. También es felicidad cuando encuentras algo hermoso que no esperabas y se queda ahí por amor a ti. También es felicidad mirar hacia atrás y mirar al presente y ver que las cosas no están tan mal, y también es felicidad mirar al futuro con optimismo.

El concepto de felicidad varía de forma individual dentro de cada uno de nosotros y en base a lo que hayamos conocido a vivido. Yo he vivido muchos tipos de situaciones en mi vida, alegres y no tan alegres, y he aprendido a analizar y apreciar cosas que a priori no se les da mucho valor, o más bien olvidamos apreciar.

Cuando ayer salió esta conversación, me sorprendí relativamente cuando salió mi primera frase, que fue directa del corazón: Soy más feliz ahora de lo que he sido nunca. ¡Wow!. Vaya afirmación, ¿eh?. Y sin embargo, aunque mi vida no es un cuento de hadas, es la pura verdad.

Soy feliz, soy millonario. Y aunque la felicidad es un camino pedregoso a recorrer y no un estado, ahora puedo decir que me siento bien.