3 de enero de 2007

La tele no deja de sorprenderme (para mal)

Últimamente estoy cansado de hablar de los vaivenes de mi vida, de mi casa y de mis idas y venidas por aquí y por allá. Sinceramente, no estoy últimamente demasiado inspirado para escribir ni una sola línea coherente respecto a nada, pero como eso no es excusa y debo ponerme las pilas, voy a contar una sensación que he tenido últimamente respecto a ese engendro que cada vez más se merece el apelativo de la caja tonta que es la televisión de nuestro país.

Punto 1: Aquí hay tomate. Afortunadamente, yo siempre estoy trabajando cuando se emite esa bochornosa bazofia presentada por esa insoportable reinona que es el Jorge Javier Vázquez. Estos días estoy saliendo a las 15h todos los días y, al llegar a casa, pongo la tele para zapear a ver qué me encuentro. Cual es mi sorpresa cuando veo, una vez más, que ciertas cosas nunca cambian… primero veo nosequé de un hijo secreto de Alejandro Sanz, que bueno, pues cuando lo leí en la prensa me pareció simplemente curioso. La perspectiva del montaje audiovisual de este programa es bastante diferente: titulares como infancia extorsionada con musiquita inquietante de fondo era lo que se veía y oía, junto con un estamos investigando la existencia de otra hija secreta en España y les tendremos informados. Desde ese día no duermo (notese la ironía). No me extraña que muchos famosos (de los de verdad, ojo) opten por callarse absolutamente todo de su vida privada… eso cuando no les da por resucitar a los muertos, como un lamentable documental sobre el marido de Lola Flores y, aún peor, una lamentable forma de hablar de Rafaela Aparicio 10 años después de que la entrañable mujer pasara a mejor vida.

Punto 2: la moda del polígrafo. Ahora todas las cadenas parecen haberse interesado por algo tan pasado de moda como la máquina de la verdad. Claro, esto les está resultando un auténtico chollo porque ya tienen con ello cubierta toda la parrilla del programa. Esto ocurre con mierdas como A tu lado (que yo llamo Atontados), que someten diariamente a esta prueba a famosos (los que ellos han creado y que solo tienen de famosos el salir por la pequeña pantalla) que, para variar, no aportan absolutamente nada de nada y que más bien lo que hacen es desaportar. El otro día me encuentro con Loly Álvarez (¡famosa donde las haya!) hablando de las relación que tuvo con Encarna Sánchez, cuando la mujer lleva muerta ya bastantes años, y poniéndola a parir. Si yo fuera la segunda, me estaría revolviendo en mi tumba.

Bueno, los detalles que he especificado son irrelevantes. Tan solo ponen de manifiesto una única verdad: que la tele, cuanto más esté apagada, mejor. La falta de originalidad, el casposismo, morbo, estupidez y despotismo que reina en la televisión en lo referente a programas del corazón (el 70% de la misma), junto con la manipulación mediática de los telediarios de la cadena que sea y las publicidades para subnormales (especialmente todo lo referente a las campañas publicitarias de los chorratonos para móvil) me hacen sentir ganas de vomitar. Salvo las noticias y OT (que por mucho que se le critique, al menos es un programa inocente y divertido), creo que no veo absolutamente nada. Eso sí, las series (aquí no cuenta Los Serrano) o pelis no me las pierdo, aunque normalmente tiro más al DVD.

Mantengo lo dicho, de forma absolutamente seria: la televisión de hoy tiende a lobotomizar psicológicamente al espectador para que no sea capaz de tener la suficiente capacidad de raciocinio, en un claro movimiento por parte de los entes políticos para obtener nuestra más devota sumisión. Palabras de V.

Un abrazo.