28 de febrero de 2006

¡Hola! Me llamo congestión

¿Qué tal, Dani?. Mi nombre es Congestión. Normalmente también me llaman Trancazo o Resfriado. Me he decidido a ser tu mejor amigo en los próximos días te guste o no, porque soy así de puñetero. ¡Si es que estoy muy solito!.

Ya, ya lo sé, no me eches la bronca, soy un poco pesadito. Desde hace un par de sábados en que empecé a manifestarme con algo de dolor de pecho, no te he dejado ni a sol ni a sombra. Es más, parezco como ese compañero un poco loco del cole que se obsesiona contigo y te acompaña a todas partes porque no tiene nada mejor que hacer.

El viernes pasado parece que te decidiste a darme largas empezando a medicarte, pero te aseguro que soy muy testarudo y no vas a librarte de mi tan fácilmente. Soy peor que Glenn Close en Atracción fatal. Tú y yo estamos hechos para estar juntos.

Si no puedes ser mío, no lo serás de nadie. Por eso no has podido salir apenas en los últimos días, A día de hoy sé que no te puedes liberar de mi presencia, que tienes la nariz taponada, que te cuesta respirar, que te duele mucho la cabeza y que apenas puedes concentrarte frente a la pantalla. ¡Como si no tuvieras ya bastante con peticiones absurdas por parte de tus superiores y un exceso de presión en general a nivel laboral!. Estás en días en que desearías que las horas tuvieran 90 minutos, y encima tienes que cargar conmigo. El sueño tampoco te ayuda mucho, ¿verdad?. Y como ya apenas tomas café, más aún. Pues chico, lo siento, qué quieres que te diga. La vida es dura.

Siento que me debilito. ¡Maldito Algidol!. Acabarás ganando la batalla, pero desde luego no pienso dejarme vencer fácilmente. ¡Sufre, maldito!.