Confirmado: el mar y la costa me
relajan. Directo desde el
summum del ambiente chochiplayero cañí ibérico, solo superado por ese monumento a lo cutre llamado Benidorm,
Torrevieja, donde estoy pasando un par de días de asueto en casa de mi tía y junto a Jose, Miguel, mi madre y mi prima, puedo decir con orgullo que estoy absolutamente adormilado como si me hubieran drogado. Y es que dicen que la tensión
baja cuando estás junto a la costa. Lo corroboro: me paso el día
durmiendo. De la playa a la piscina, de ahí a comer, o a tumbarme en la hierba. Es una maravilla, pero ayer me quedé sopa al menos cuatro veces durante el día. Una de ella fue en la foto que veis, tomada por Jose con mi propia cámara mientras me quedé groggy mientras leía en la hierba junto a la piscina.
Bienvenida sea esta maravillosa
modorra.
Mañana más detalles, que ahora estoy robándole el wifi al vecino y lo mismo se corta.