22 de junio de 2009

¡Ya san casao!

Espero que no me maten por haber robado esta imagen del feisbuk, pero sentía una obligación más que justificada de rendir homenaje a estos dos grandes hombres por el feliz acontecimiento que vivieron el pasado sábado, al cual fui más que honradamente y emocionadamente invitado y al que no pude asistir por aquello de las distancias/obligaciones.

Y es que Toni y Nico ya son marido y marido, sí señor. Con un par de narices y, sobre todo, con un par de enormes corazones que laten el uno por el otro. Sin entrar en pormenores, quiero desde aquí, como ya he hecho por otros medios, decirles que son un ejemplo y orgullo no ya para la comunidad gay, sino de humanidad en general, y desearles la mayor felicidad del mundo y que sigan tan guapos, fantásticos y buenas personas como son. Es un orgullo saber que están ahí aunque sea en la distancia y saber que en el mundo hay gente como ellos.

Y como me quiero poner más ñoño si cabe, dejo un pequeño trozo de un poema de Pablo Neruda que, de algún modo, me ha hecho pensar en ellos:

Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino
de emociones,
justamente estas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones
destrozados.