10 de septiembre de 2008

Privacidad

Es curioso esto de Internet. Soy consciente de que tengo una vida virtual de la cual estoy francamente orgulloso, y que me ha reportado una cantidad de alegrías considerables y me ha permitido, permite y permitirá conocer gente estupenda con la que compartir aficiones comunes, siendo este un medio mucho más favorable para encontrarla.

Sin embargo, hace un par de días he visto como esta exposición pública de los asuntos de mi vida se volvía contra mi. Si bien yo me considero una persona francamente normal (entiendase: aburrida y nada especial), posiblemente esa sea la razón por la cual nunca me ha importado hablar de esto y aquello, de poner mis fotos por aquí y allá, e incluso videos de mis viajes. Porque entiendo que esto solo le importa a cuatro gatos, hablando claro.

Sin embargo, y como ya he dicho, hace un par de días alguien montó un video en Youtube con fotos mías y de mis amigos y familia en un tono que a mi, personalmente, me parece de mofa. Desconozco si las intenciones de la persona en cuestión eran estas, pero lo cierto es que a mi no me ha hecho nada de gracia. No es tanto por el video como por el escalofrío que me ha producido el saber que puede haber gente que utilice esta información de manera irresponsable y maliciosa.

Así que he optado por lo más tajante: borrar mi rostro de todos estos canales públicos. Ya no puede verse mi rostro en Youtube, ni en mis fotos de Flickr. Solo dejo lo que considero material no susceptible de apropiación indebida. Aún tengo que depurar todo esto, pero mi determinación está clara: si bien tengo intención de seguir mostrándome de vez en cuando en mi blog (para eso está entre otras cosas), todo lo demás queda reservado a amigos o gente que considere de confianza. Por tanto, los que estáis como mis contactos en Flickr o Youtube podréis ver mis fotos si os viene en gana, pero nadie más.

Ahora viene la pregunta del millón: ¿Culpa mía o culpa del mundo?. Como siempre, todo depende del prisma del que lo miremos. Yo lo veo así: soy un tío normal con una vida normal que a poca gente puede interesar. Todo lo que pongo, publico y escribo tiene un único fin: comunicar, informar, expresar, compartir. Expresiones cotidianas de una persona más. Ese es mi prisma, mi realidad, mi forma de verlo. ¿Cómo podría verse, además de mi perspectiva?. Así: que soy una persona que sobreexpone su vida ante la cara de todos los desconocidos que les apetezca rebuscar en ella, y por ende puede haber un enorme componente de riesgo de que alguien aparezca en escena para abusar de ello.

Yo prefiero autoflagelarme: es responsabilidad mía el ser tan inocente o inconsciente. Tan culpable soy yo como quien abusa de esa exposición. Todo depende de cuánto valoremos la intimidad. Yo, en comparación con otras personas, muy poco (porque no tengo nada interesante o escabroso que ocultar). Así que todo se limita a los ojos con los que se quiera mirar mi vida a través de mi blog (que, insisto, no es mi vida, para eso se me tiene que mirar a los ojos).

En todo caso, creo que ahora me voy a mover por un nivel intermedio: mostrarme, pero sin exhibirme. No me queda más remedio.

Ya os contaré cómo acaba lo del asunto de Youtube.

Un abrazo.