Hoy ha amanecido lloviendo mucho... pero es una lluvia muy ligera, como si te rociaran con un spray. Pero eso es razón más que suficiente para no ir al Oak Park, algo que haré esta tarde.
Ahora vengo de pasear, con gorrito de pescador incluído, y he hecho algo de compra en el supermercado para compensarle a Javi mi glotonería. Ahora me iré a Barnes & Noble a mirar libros, y después comeré con Javi. Esta tarde, ahora sí que sí, toca el museo de Arte, al cual le tengo muchas ganas. Quizá esta noche vayamos a un club de Jazz, no sé. Mañana quiero ver la película nueva de Clint Eastwood (como director) en el cine, The flags of our fathers. Seguramente hagamos eso, sí.
Me ha pasado algo curioso nuevamente mientras iba al super. La lluvia daba un toque especial al entorno del Downtown, y mientras cruzaba el río desde State a la parte norte, me ha recorrido un escalofrío. Miraba al cielo y las nubes se movían deprisa, y algunas incluso no dejaban ver lo más alto de algunos edificios. Impresionante. La lluvia golpeaba mis gafas, el viento me estremecía, y en el iPod comenzaba a sonar el tema Tennessee de la banda sonora de Pearl Harbor. ¡Dios, ha sido tan bonita esa sensación!. Me he sentido tan VIVO... quería dejarlo escrito antes de irme de nuevo a la calle. Porque ciertas cosas no pueden caer en el olvido.
Un abrazo fuerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario