17 de mayo de 2007

Leo

El nacimiento de Leo se remonta a la antigüedad, aunque es posterior a los de Aries, Tauro y Sagitario. Leo, corresponde al León de Nemea, hijo de Tifón y Equidna, animal invulnerable que asolaba los campos devorando a las personas y al ganado. La primera tarea de Hércules fue matarlo. El León tenía como morada una cueva con dos entradas; Hércules taponó una de ellas y entró por la otra para sorprender a la fiera. Abrazó al león apretándolo hasta ahogarlo, y después con sus propias garras lo desoyó y tomó para sí mismo su piel y su cabeza como casco. Zeus transformó al león en constelación para honrar a su hijo.
En Mesopotamia, simbolizaba el fuego y la culminación del caldeamiento solar en el hemisferio norte. En Egipto, representaba el Sol y la Monarquía. Los israelitas lo asimilaron con Judá, que se recuesta como el león, razón por la que figura en el estandarte del reino homónimo. La tradición judeocristiana lo relaciona con el evangelista San Marcos.


Fuente: Wikipedia

16 de mayo de 2007

Esperanza

Según la R.A.E.:

esperanza.

1. f. Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos.
2. f. Mat. Valor medio de una variable aleatoria o de una distribución de probabilidad.

Doble filo

Cada vez tengo más claro que no es bueno ser sensible, romántico, idealista, cariñoso, empático, piadoso y un largo etcétera hoy en día. No sale rentable. Los sentimientos nunca deberían ser amplificados o desmedidos, porque se vuelven contra ti.

No hablo ya de ese estado de embriaguez que conocemos como el enamoramiento (conyugal), sino de todo tipo de sentimientos que consideramos positivos o hermosos en general. La gente es egoísta, a la hora de la verdad solo mira por sí misma y jamás da su brazo a torcer. La gente decepciona, engaña, oculta y tergiversa, te compromete, te ningunea, ignora o difama.

¿En qué o en quién tener fe? Porque yo, sinceramente, empiezo a estar harto. Aunque aún no tengo decidido si estoy harto del mundo o de mí mismo y mi actitud de chico Walt Disney.

Necesitaba decirlo.

En Argentina no hay pelusas

Hace poco tuve una reunión de vecinos. Hablamos de las típicas cosas en un encuentro de vecinos con casa nueva, de las peculiaridades de las viviendas… y todas esas pequeñas cosas, casi intrascendentes, baldías. Lo simpático vino cuando, en medio de la cháchara, un vecino del cuarto dijo ¿Y qué es eso de las pelusas?. Nunca había visto esas cosas, están por todas partes. ¿Alguien me explica de donde vienen? En Argentina no hay esas cosas.

Estupefacto que me quedé. El hombre, evidentemente argentino, me hizo una revelación importante: en Argentina no hay pelusas. ¡Qué afortunados los argentinos!. Porque a poco que me descuido, debajo de mi cama se forma un ecosistema propio.

En fin, una razón de más para pensarse ir a vivir allí.

14 de mayo de 2007

And I am telling you I'm not going

Sobran los comentarios acerca del poderío vocal de Jennifer Hudson en este temazo de Dreamgirls, ¿verdad? ¡Impresionante!

Caricias del alma

Ni lo esperaba, ni era el momento, pero llegó justo lo que necesitaba cuando menos lo esperaba.
Andando a la deriva por la calle, rodeado de gente que escuchaba como ecos lejanos, andaba hacia un destino conocido donde sólamente encontraría más soledad entre decenas de personas. Y, efectivamente, eso encontré. Las melodías que sonaban eran huecas, vacías, carentes de sentido o emoción. Pasaron las horas.
Acabó. Me fui. Volví a la deriva y entré en un lugar conocido en busca de lo desconocido. Y allí, apareció la brisa.
Solo bastó eso. Solo bastó que me miraras a los ojos y me preguntaras, con sinceridad, el cómo estaba. Yo no necesitaba otra cosa, y no lo esperaba... y me lo diste. Gracias. Muchas gracias. Quizá reaccioné fríamente, quizá no te di a entender lo MUCHO que aprecié ese gesto, pero lo hice. Y no sabes cuánto.
Segundos después, volvió el silencio. Pero ya no era tan denso.

12 de mayo de 2007

Cuarenta y cuatro

Hoy no voy a escribir una parrafada. Este escrito, en definitiva, es prácticamente igual al del año pasado. Hoy, si vivieras, cumplirías cuarenta y cuatro años. No te imaginas lo feliz que me haría poder celebrar tu cumpleaños contigo, y poder abrazarte.
Pero no estás vivo. Cada año, en esta fecha, y en otras tantas, seguiré pensándolo y seguiré echándote de menos. Qué le voy a hacer, papá. Te quiero (en presente) con locura.