Vaya título me he marcado para hablar de mis tres últimos visionados en cine: por orden de visionado, que no de calidad, El ultimátum de Bourne, Hairspray y Death Proof.
La tercera entrega de las aventuras de Jason Bourne con Matt caracartón Damon y otra actriz a la altura de este (ejem), Julia Stiles entre otros (estupendo David Strathairn de malo malísimo), nos vuelve a meter dentro de una trama sofisticadísima de espías, traiciones y sociedades secretas, con diferentes ciudades como escenario y centralizando todo en la figura del desmemorizado Jason Bourne, desesperado por recuperar su identidad y sus recuerdos. La película es francamente buena a nivel de ritmo y acción (impresionantes los medios de localización), y con localizaciones tan dispares como Moscú, París (que memez de escena con Daniel Brühl, por cierto, debe ser que querían meter París con calzador), Londres, Madrid (que parece el Bronx), Túnez o Nueva York. Me ha gustado mucho por lo bien definida que está la trama y la desbordante acción (de la buena) que tiene, pero como me pasó con las anteriores entregas, tanto los actores como la historia son bastante olvidables. Por cierto que la película se cierra con un remix fabuloso del Extreme ways de Moby, para no perdérselo. La película es de esas que no pasarán a la historia, pero que nadie se arrepentirá de ver.
Hairspray me ha gustado mucho, muchísimo. Hace que salgas del cine con unas ganas de ponerte a bailar absolutamente irresistibles. Look sesentero, historia Happy nation donde todos son felices y pueden alcanzar todos sus sueños (es decir, positivismo intravenoso), y una banda sonora absoluta, totalmente maravillosa. El número final, You can’t stop the beat, es un auténtico orgasmo para los amantes del musical. Y aunque los actores, en general, están muy bien, me quedo con la prota, la desconocida pero encantadora Nikky Blonsky y la siempre arrolladora Queen Latifah. Ni Travolta ni la Pfeiffer me han parecido nada del otro mundo, aunque ambos están muy graciosos en sus respectivos papeles. Eso sí, si no os gustan los musicales no vayáis a verla. A mi, como me chiflan, me ha parecido una de las películas del año. Y filogay a tope, además.
Hairspray me ha gustado mucho, muchísimo. Hace que salgas del cine con unas ganas de ponerte a bailar absolutamente irresistibles. Look sesentero, historia Happy nation donde todos son felices y pueden alcanzar todos sus sueños (es decir, positivismo intravenoso), y una banda sonora absoluta, totalmente maravillosa. El número final, You can’t stop the beat, es un auténtico orgasmo para los amantes del musical. Y aunque los actores, en general, están muy bien, me quedo con la prota, la desconocida pero encantadora Nikky Blonsky y la siempre arrolladora Queen Latifah. Ni Travolta ni la Pfeiffer me han parecido nada del otro mundo, aunque ambos están muy graciosos en sus respectivos papeles. Eso sí, si no os gustan los musicales no vayáis a verla. A mi, como me chiflan, me ha parecido una de las películas del año. Y filogay a tope, además.
Finalizamos con Death Proof, la segunda parte de ese proyecto entre Tarantino y Rodríguez que es Grindhouse. A mi Planet Terror me pareció una auténtica caca de la vaca, una casquería sin sentido con un humor negro que no acabé de pillar. Por fortuna, Death Proof es, evidentemente, más Tarantinesca. Es decir: diálogos larguísimos de cámaras girando mientras unas tías buenas porretas y flipadas se ponen a filosofar con temas aparentemente absurdos, utilizando un vocabulario y una forma de expresarse que ya quisieran muchos catedráticos. Esto es su mayor baza y defecto, porque a mi cuando se ponen a hablar de la tía que se cae en una zanja durante media hora… pues la verdad, empecé a aburrirme un poco. Por otro lado, está la parte divertida, la gamberra. Las escenas de los coches son una auténtica maravilla, y las actrices (especial mención a Rosario Dawson) están estupendas, lo mismo que el resultón Kurt Russell, aunque quizá este último está algo blandito. Diría que esta no es una película apta para todos los públicos, porque o te encanta o te parece un bodrio (lo que les pareció a mis amigos, mientras yo salí encantado de la sala). Y una advertencia: hay cierta escena de choque entre dos coches que solo puedo calificar de BRUTAL.
En fin, menos mal que ya me voy poniendo al día con el cine, que me había quedado descolgado. Ahora, quizá gracias a mi visita al museo Ghibli, estoy revisionando clásicos maravillosos como Porco Rosso o Mi vecino Totoro, de los que sin duda hablaré más adelante.
En fin, menos mal que ya me voy poniendo al día con el cine, que me había quedado descolgado. Ahora, quizá gracias a mi visita al museo Ghibli, estoy revisionando clásicos maravillosos como Porco Rosso o Mi vecino Totoro, de los que sin duda hablaré más adelante.
Un abrazo desde DaniCineLand.
4 comentarios:
A mi Death Proof me pareció una maravilla, como todo lo que hace Quentin y efectivamente la escena del primer choque es Brutal.
Hairspray la veré la semana que viene, no soy muy fan del musical pero me llama la atención.
Si no has visto la versión original de Hairspray, de John Waters, no debes perdértela, para mi gusto no ha sido superada por ésta. Besos
Kozmic, no he visto la de Waters, pero tengo ganas porque idolatro lo friki que es ese hombre (¿has visto Los sexoadictos?). Así que cuando la vea ya comentaré algo, jeje.
Abrazosss.
Hola Dani
Nosotros vimos la peli el mismo fin de semana que nos la recomendaste. Una verdadera pasada de peli (para los que nos gustan los musicales). Yo no podía parar de moverme en el cine. Me encantó. Ya me he bajado la banda sonora y me estoy bajando la peli, tanto la de ahora como la de John Waters. Ya te contaré
Besos
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