Ayer fui con toda la tropa de mi empresa (nos invitaron, oye) a ver la adaptación en castellano del famoso musical Los productores a la gran vía madrileña. El exitoso montaje de Broadway del mítico Mel Brooks, y originalmente interpretado por los no menos geniales Nathan Lane y Matthew Broderick aquí se ven sustituídos por Santiago Torrente Segura y José Mota (Cruz y Raya, o el burro de Shrek).
Es uno de esos musicales que no había visto hasta la fecha, ni en inglés ni en castellano, aunque evidentemente sí había oído hablar de él. Cuando estuve en NY estaba representándose aún en Broadway, y también lo había visto hace años en Londres interpretado allí por Richard Dreyfuss haciendo de Max Bialystock. Pero aunque el año pasado se hizo una película con el reparto original, a los que se sumaron Uma Thurman y Will Ferrell, insisto en que no había visto ni oído nada de ella.
Ahora tengo ganas de ver la película, y sobre todo en VO, pero lo que ayer vi en el teatro Coliseum de Madrid se me hizo divertido y banal. No creo, sinceramente, que ninguna de las canciones de este musical se me queden clavaditas en el corazón como con los dramones de El fantasma de la ópera (Mi favorito hasta la fecha), pero tengo que reconocer que hubo momento hilarantes en los que no paraba de reír compulsivamente, especialmente con los chistes, las referencias Hitlerianas (¡qué sátira, por Dios!) y sobre todo con la exageradísima carga marica de ciertas partes de la función.
Al margen de eso, vamos a lo importante: el montaje fue sublime, con unos escenarios hilarantes y un ritmo narrativo espectacular, aunque algunas canciones se hacían algo pesadas. Realmente se nota que se ha puesto pasta en el asunto, porque a los citados escenarios (y la a veces sobrenatural forma de intercambiarlos) se une un vestuario fabuloso, bailarines/as bien formados y un sonido orquestado de fábula. Y en cuanto a los actores, incluso el Segura me gustó (cosa que nunca ha hecho hasta la fecha), pero supongo que es porque yo soy como un niño pequeño con un chupa-chups cuando me ponen delante de un escenario y gente cantando (¡Pero si hasta me lo pasé bien con el musical de Maribel y la extraña familia!). Eso sí, si bien el reparto de desconocidos secundarios (mención especial a Miguel del Arco – Roger de Bris y a Ángel Ruíz – Carmen Ghia, los encantadores mariquitas, así como a la potente sueca Dulcinea Juárez – Ulla) cantan y bailan de fábula, no puedo decir lo mismo de los protas. Las voces de Monstruos S.A. (recordemos que Segura era el adorable Sully, y Mota era “ojito” Mike), aunque se nota la experiencia en el doblaje de José Mota (dicción perfecta) tanto en voz como en una más que correcta entonación, Segura simplemente canta como en un Karaoke de aficionados. No, definitivamente estos Max Bialystok y Leo Bloom no son precisamente los midas de Broadway que nos quieren vender. Y con esto no digo que lo hagan mal, simplemente que especialmente Santiago Segura está ahí por su supuesta carisma y no precisamente por su calidad vocal. Y con todo, le doy el aprobado tirando a notable.
En todo caso, lo he pasado realmente bien y recomiendo abiertamente a todos los que puedan que vayan a ver esta divertida comedia. Este finde o la semana que viene intentaré ver la película, y en V.O., claro está, para ver si como sospecho las letras en inglés ganan mucho.
Para terminar, os dejo la escena de la película con la canción que más me ha divertido, Keep it Gay, o en castellano, Hazlo Gay.
¡Me pongo el sombrero de productor!.
Un abrazo.
Es uno de esos musicales que no había visto hasta la fecha, ni en inglés ni en castellano, aunque evidentemente sí había oído hablar de él. Cuando estuve en NY estaba representándose aún en Broadway, y también lo había visto hace años en Londres interpretado allí por Richard Dreyfuss haciendo de Max Bialystock. Pero aunque el año pasado se hizo una película con el reparto original, a los que se sumaron Uma Thurman y Will Ferrell, insisto en que no había visto ni oído nada de ella.
Ahora tengo ganas de ver la película, y sobre todo en VO, pero lo que ayer vi en el teatro Coliseum de Madrid se me hizo divertido y banal. No creo, sinceramente, que ninguna de las canciones de este musical se me queden clavaditas en el corazón como con los dramones de El fantasma de la ópera (Mi favorito hasta la fecha), pero tengo que reconocer que hubo momento hilarantes en los que no paraba de reír compulsivamente, especialmente con los chistes, las referencias Hitlerianas (¡qué sátira, por Dios!) y sobre todo con la exageradísima carga marica de ciertas partes de la función.
Al margen de eso, vamos a lo importante: el montaje fue sublime, con unos escenarios hilarantes y un ritmo narrativo espectacular, aunque algunas canciones se hacían algo pesadas. Realmente se nota que se ha puesto pasta en el asunto, porque a los citados escenarios (y la a veces sobrenatural forma de intercambiarlos) se une un vestuario fabuloso, bailarines/as bien formados y un sonido orquestado de fábula. Y en cuanto a los actores, incluso el Segura me gustó (cosa que nunca ha hecho hasta la fecha), pero supongo que es porque yo soy como un niño pequeño con un chupa-chups cuando me ponen delante de un escenario y gente cantando (¡Pero si hasta me lo pasé bien con el musical de Maribel y la extraña familia!). Eso sí, si bien el reparto de desconocidos secundarios (mención especial a Miguel del Arco – Roger de Bris y a Ángel Ruíz – Carmen Ghia, los encantadores mariquitas, así como a la potente sueca Dulcinea Juárez – Ulla) cantan y bailan de fábula, no puedo decir lo mismo de los protas. Las voces de Monstruos S.A. (recordemos que Segura era el adorable Sully, y Mota era “ojito” Mike), aunque se nota la experiencia en el doblaje de José Mota (dicción perfecta) tanto en voz como en una más que correcta entonación, Segura simplemente canta como en un Karaoke de aficionados. No, definitivamente estos Max Bialystok y Leo Bloom no son precisamente los midas de Broadway que nos quieren vender. Y con esto no digo que lo hagan mal, simplemente que especialmente Santiago Segura está ahí por su supuesta carisma y no precisamente por su calidad vocal. Y con todo, le doy el aprobado tirando a notable.
En todo caso, lo he pasado realmente bien y recomiendo abiertamente a todos los que puedan que vayan a ver esta divertida comedia. Este finde o la semana que viene intentaré ver la película, y en V.O., claro está, para ver si como sospecho las letras en inglés ganan mucho.
Para terminar, os dejo la escena de la película con la canción que más me ha divertido, Keep it Gay, o en castellano, Hazlo Gay.
¡Me pongo el sombrero de productor!.
Un abrazo.
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