1 de junio de 2006

Cuando la muerte se convierte en negocio

Finalmente, Rocío Jurado ha fallecido la pasada madrugada. Es una auténtica lástima, porque lo que no se le puede negar a la más grande es que ha sido una artista de los pies a la cabeza en los largos años de su carrera y que su voz en su género era un auténtico prodigio. Personalmente no es del tipo que yo escuche, ni jamás he tenido una especial predilección por ella, ni su música ni la propia cantante. Para mi, simplemente ha sido una folklórica más. Pero lo que se ha hecho esta mujer a sí misma en los últimos años, y sobre todo lo que se ha hecho de ella en estos últimos meses, me resulta sobrecogedor.

Sin ser seguidor del denominado mundo rosa, cierto es que en este país nadie puede permanecer ajeno a él, porque está por todas partes. Nadie ha permanecido ajeno a los culebrones de los últimos 10-12 años sobre esta familia: que si mi hija se casa con un guardia civil, que si ahora el divorcio, que si Antonio David me pega, que si adopto niños ilegalmente, bla bla bla bla... es decir, nada que ver con lo que se supone que esta mujer hacer para vivir. Y lo peor: mucha gente que ha vivido alrededor suya del cuento, y que aún lo sigue haciendo. Lo más triste es que ella misma se había vendido haciendo innumerables exclusivas y entrando al saco.

Y ahora llegamos a la parte más triste, consecuencia de lo que acabo de decir: su muerte lleva siendo negocio hace ya muchos meses. Ya la han dado por muerta hace bastante, y eso me da mucho que pensar. Si vas a una tienda de libros y discos y de repente ves 4 biografías de Rocío Jurado en el stand de los Best-Sellers, con etiquetas que ponen En este libro revelamos datos inéditos sobre su enfermedad, así como su discografía completa y dos o tres discos de grandes éxitos, con DVD incluido, y de título Rocío siempre, la verdad es que piensas qué grande fue esta mujer cuando aún está con vida.

Pero bueno, supongo que así es como funciona todo en este mundo. Simplemente me pone un poco triste ver que no valemos nada salvo cuando podemos obtener beneficio de ello. La vida apenas tiene valor.

Sentencio diciendo lo que he dicho al principio: nunca he sido seguidor de Rocío Jurado, ni su música me ha gustado, e incluso he aborrecido toda la parafernalia rosa que rodeaba su vida. Pero se ha ido la vida de una gran artista, porque al Cesar hay que darle lo que es del Cesar.

Descanse en paz.

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