1 de enero de 2006

Tiempo de valoración

Ahora que ha comenzado el 2005, no dejo de pensar en lo que para mi ha significado el año que acaba de finalizar. Es, supongo, tiempo de reflexión y de valoración.

Cuando empezó 2005, la vida era de color de rosa. No es una frase que diga porque ahora las cosas no sean así: en efecto, el 1 de enero del año pasado ocurrió una de esas pocas veces en la vida en que parece que todas las cosas buenas confluyen en un mismo sentido. Y buena parte de ello se debía a la luz que irradiaba mi Sergio.

¿Y cómo se puede resumir un año en unas breves palabras?. ¿Y cómo se hace cuando tienes la clara certeza de que ha sido el año de tu existencia más importante hasta la fecha, que más emociones hermosas has sentido, y mejores momentos has vivido?. Únicamente diciendo frases como la que acabo de decir, me imagino.

A nivel laboral todo se ha mantenido más o menos estable, lo cual es de agradecer. Se avecinan cambios, pero me temo que desconozco la magnitud o alcance de los mismos. En ese sentido, me tengo que mantener paciente y esperar a ver qué pasa.

He hecho varios viajes este año por la península, a sitios que ya conocía sobre todo, pero especiales como pocas veces por las circunstancias en que se han producido. Tengo en mente un atardecer etéreo en la maravillosa playa de Bascuas, en Sanxenxo, que no podré olvidar nunca, o un paseo por la playa de la Lanzada. También recuerdo el primer paseo por la playa de Torremolinos, en enero, con Sergio. Fue inolvidable.

¿Y cómo obviar el viaje más importante de mi vida, producido este año?. He ido a Nueva York, el escenario de mis sueños durante toda mi vida. Conocer Manhattan, pasear por la gran manzana, no lo olvidaré nunca. Me he enamorado de esta ciudad. Y no puedo sino decir que se podría escribir un libro entero de anécdotas, emociones, vivencias en esa semana maravillosa. Pero como dije a Sergio mientras contemplábamos el atardecer en lo alto del Empire State Building, ciertos momentos son solo nuestros, pertenecen a nuestra memoria y nadie nos lo puede quitar.

Sin duda, existe una fecha que no podré olvidar en este año: el 26 de noviembre. Es como si todo lo ocurrido hasta entonces hubiera sido una subida constante, y a partir de esa fecha todo se hubiera caído en picado. Así es: desde el 26 de noviembre hasta estos mismos instantes, he caído más bajo de lo que pensé que podría caer. Han sucedido una serie de cosas en mi vida, algunas de ellas que no deseo relatar en estos mundos virtuales, que me han destrozado a nivel anímico. Se cumple el dicho: cuando más alto subes, más dura es la caída.

Sin embargo, veo un resquicio de luz ahora. Nada ha cambiado: no ha sucedido nada desde ese día que me haga pensar que las cosas van a ir a mejor salvo mi propia voluntad. Soy fuerte, creo serlo fervientemente, pero también soy muy sensible y sufro los males de mi vida en una medida que creo que debe ser así. Y eso me gusta, en el fondo: el saber que padeces por las cosas que más valoras.

Tampoco olvido la gente que ha aparecido este año en mi vida o he evolucionado en mi relación con ella: amigos tan maravillosos como María, hermana de Sergio, los dos Carlos que han irrumpido (amigos de Jose y Sergio, respectivamente), mi pequeña joya Salmantina, Manu (quién podría creer en una amistad tan bonita sin apenas verse en persona), Miguel, estrenado novio de mi querido Jose, y otras personas que seguramente tengo presentes pero ahora no acuden a mi mente. Mil perdones a ellos, en ese sentido.

En resumidas cuentas: si tengo que resumir el 2005, lo definiré como El año de mi vida, lo tengo muy claro. El año en que más alto me elevé y más profundo caí. Y sin embargo, mi valoración es muy positiva. He sufrido la muerte de alguien que quería más que a mi vida, mi querida abuela Luisa, a quien echo mucho de menos. Ayer cuando acabé de tomarme las uvas me puse a llorar. La extraño tanto…

Y lo mejor del año, sin duda, ha sido Sergio. La luz que él ha aportado a mi existencia es maravillosa, nada puede alterar eso. Le quiero profundamente, desde los lugares más recónditos de mi corazón. No hay nada en este mundo como haberme encontrado con él. Pase lo que pase en las mareas de la vida, esa luz es algo que me iluminará siempre, pues es algo relevante e importante en las páginas que componen la historia de mi vida.

Mi deseo para el 2006: que sea tan intenso como este. Que algunas cosas se enderecen, que siga bien de salud y de trabajo (un topicazo que sin embargo es una gran verdad), y sobre todo, seguir teniendo el amor de todos aquellos a los que yo amo.

Va por ti, abuelita. Voy a vivir. Por ti.

31 de diciembre de 2005

Un encuentro inesperado

¿Quién me iba a decir a mi ayer, cuando me dirigía sin apenas ganas a la Puerta del sol a las 23:00 horas, para presenciar el simulacro de las 12 campanadas que habrá esta noche, que me llevaría una sorpresa tan agradable?.

Quedé con Jose, Miguel y Carlos en la Puerta del sol sobre las 23:30h, como ya he dicho, para "tomarnos las uvas". Pero no solo nosotros: debía haber miles de personas más como nosotros, pues estaba todo lleno. Al final fue divertido: las luces, la muchedumbre... la pena es que, como siempre, la gente estaba muy pasada de rosca y salimos de allí entre empujones, baños de sidra y polladas varias. Pero fue gracioso, la verdad. Lo peor: las uvas de bote que Carlos había comprado. ¡¡Qué cosa más vomitiva, y mira que me gustan las uvas!!.
Pero lo bonito de la noche vino después: Carlos y yo nos fuimos a tomar algo un bar en Chueca muy peculiar que si tiene algún atractivo es por la música chochichorra que allí se pone, ideal para hacer un poco el tonto. Carlos lo estaba pasando realmente mal, porque tuvo la genial idea de ponerse un jersey grueso sin nada debajo, con lo cual no se lo podía quitar, y se estaba asando como una patata. No duramos mucho y nos fuimos enseguidita a casa. Yo estaba cansado y él madrugaba. Pero mientras estábamos en el bar ocurrió algo que cambió completamente el ambiente: apareció como de la nada Curro, un amigo al que tengo muchísimo cariño y al que hacía 3 años que no veía. Nos dimos un abrazo enorme y duradero, y acabamos los dos llorando como tontos. Fue una alegría inmensa.
Me alegró la noche y posiblemente todo el día. ¡¡Qué alegría volver a verle!!. Recuerdo tantas cosas vividas a su lado... es una gran persona, y si no nos hemos visto en tres años ha sido... porque la vida es así. Cada uno a veces sigue un camino distinto al de los que tienes alrededor y no por ello significa que hayas acabado mal con ellos. Espero que nos veamos pronto... al menos esa es la promesa.
No se si escribiré algo antes de esta noche, pero si no lo hago...
FELIZ AÑO 2006 A TODOS/AS!!!.
Un abrazo.

30 de diciembre de 2005

Una bonita cita

No es mía, pero me ha gustado mucho y me transmite buenas sensaciones. Aquí la dejo.
Imagina una noria llena de ilusiones divisando desde lo alto un horizonte sin más fondo que lo invisible. No tengo vertigo. ¡Que siga la música!.
Un abrazo.

Día de compras por Madrid

Ayer fue uno de esos días larguísimos en los que no se da abasto a hacer todo lo que uno quiere. Y sin embargo fue muy bonito, completo, incluso emocionante.

Me desperté a eso de las 9 de la mañana e hice las cosas de casa sin mucha prisa: colocar un par de cosas, hacer la cama, grabar unos discos, ducharme… etc etc. A las 10 salía de casa y me dirigí en autobús al centro, donde para hacer algo de tiempo antes de ver a Javi, Fernando, María, Jose y Paula, con quien había quedado a las 11:30, me tomé un desayuno en la Plaza de Benavente. Me pasé por la tienda de Arte-9 donde descubrí sorprendido que tenían más barata la armadura de Cancer que la que había comprado el día anterior, ¡así que me hice con ella!. Como podéis ver en el post de ayer.

Quedé con la “familia” y pasamos la mañana de compras por la FNAC… y comimos pronto, porque María tenía que dar de comer a la pequeña Paula. Por primera vez la cogí en brazos, pese al profundo respeto que me da hacer eso… ¡soy tan patoso!.

Por la tarde no paramos: que si a Yunke, al Corte inglés, a Blanco, a La casa del libro, Metrópolis… una auténtica ruta Quetzal, la verdad. Pero fue estupendo. Yo me compré un par de discos, un libro…miramos cosillas, cogí un par de ideas…

A eso de las cinco apareció Jose y fue emocionante… hacía mucho que no veía a María y Jose, con quien en una época hace un par de años veíamos mucho… y lo pasamos bien dando un paseo.

Volví a casa a eso de las 8 de la tarde. No me dio mucho tiempo a parar... quedé con un amigo muy, muy especial para cenar y aunque estaba un poco saturado de todo el día me gustó muchísimo verle, porque hacía muchos días que no le veía y creo que pocas veces desde que le conozco hemos estado tanto sin vernos. Hablamos un poco y creo que, para variar, no acerté a decirle todo lo que quería, con lo cual espero que no malinterpretara mis palabras…

En todo caso llegué a casa y me fui casi inmediatamente a la cama. Fue un día largo, bonito, intenso. Ojala todos fueran así.

29 de diciembre de 2005

La mitad de las armaduras de oro


Preciosas, ¿eh?. Y eso que en la foto salen realmente horrorosas en comparación a lo que son en realidad. Pues eso: no me he podido resistir a hacer una foto de las 6 las armaduras de oro que ya tengo... y me quedan otras 6 por conseguir, aunque me temo que esas van a tardar en llegar, pues no tengo ni pajolera de cómo o dónde conseguirlas, y mucho menos a un precio decente.
¡Ya sólo me faltan las de Aries, Tauro, Géminis, Libra, Capricornio y Piscis!. Seguiremos informando, jeje..
Por cierto, sé que últimamente apenas escribo en el blog, pero las vacaciones tienen este efecto... ¡apenas paro por casa!. Y si lo hago no me apetece mucho ponerme con el ordenata... siempre hay algo más importante que hacer.
Un abrazo.

28 de diciembre de 2005

La armadura de Milo


Como ya he puesto en alguna ocasión por aquí, estoy haciéndome con las armaduras doradas según las voy "encontrando". Bandai sólo ha sacado en España (de momento) las de Leo, Virgo, Sagitario y Acuario, que ya tengo, claro.
Ayer me sorprendí mucho cuando encontré dos armaduras más en una tienda de Madrid, importadas de Francia, a un precio casi idéntico al de las figuras sacadas en España. Como me daba palo gastarme las pelas en las dos, y tenía otras cosas que comprar, me he hecho con la armadura que más me gusta y del personaje más interesante. Este es Milo, caballero del signo de Escorpio, un personaje chulo donde los haya. La otra armadura que encontré es la de Cancer, pero me temo que auqnue la armadura es preciosa es de las menos atractivas, tanto por su diseño como por su odioso personaje, Máscara de muerte. Aún así caerá, claro... pero más despacio.
¡¡¿¿Pero por qué no encuentro nunca a Dohko de Libra??!!. Seguiremos esperando...
Un abrazo.

26 de diciembre de 2005

Feliz navidad

Acaba de pasar el 25 de diciembre, pero hasta que no vea el nuevo amanecer para mi no habrá llegado su fin. No queda mucho, sin embargo.
Lo de hoy es muy escueto, simple y llanamente:
FELIZ NAVIDAD
Un abrazo.