Dentro de un pequeño margen que me está permitiendo en este día de hoy y a modo casi de excepción la vorágine insoportable de mi actual vida laboral, que me impide contar y contar cosas que me apetecen en el blog, me gustaría hacer un pequeño inciso.
Hablando con Sergiote por teléfono hoy, este me ha comentado lo incoherente que resulta el post que hay justo debajo de este, La PS3 entra en mi casa, con el que publiqué el 11 de octubre titulado Que te compre tu padre, que podéis leer siguiendo el enlace correspondiente, y en el cual hacía campaña en contra de la nueva máquina de Sony. Y no es el primero, porque mi tío Ángel me dijo lo mismo hace unas semanas.
Pues sí, me he comprado una PS3 cuando eché pestes sobre ella hace unos meses. Las razones son… ¿justificables?. Es evidente que leyendo mi boicot no lo parece, y efectivamente puede que así sea, pero ahí va mi razón:
La PS3 me ha salido un 20% más barata que al resto de la gente. Eso es un argumento fuerte, ya que es una rebaja considerable teniendo en cuenta su precio, pero quizá no es suficiente. La maquinita no tiene ni un solo juego en la actualidad que me convenza mínimamente, y sólo tengo el Tekken Dark Resurrection que me he bajado de la PS3 Store por 10 euritos. No es un juego de nueva generación, pero… ¿sabéis lo que es poder gozar de este juegazo en 1080i?. ¡Y eso que aún no tengo una TV Full HD!.
Y ahora os diré la razón principal por la que me la he comprado: las películas en Blu-Ray. No puedo vivir sin mi querido cine, y reconozco que estaba ansioso por poder dar el salto a las películas en alta definición. Se acabaron las películas de nueva hornada a 720x576. Ahora, cuando salgan peliculones como 300 me las podré ver en toda su gloria. ¡Eso sí que es una razón de peso!. Como consola, ni me va ni me viene ahora mismo (aunque poco a poco empiecen a salir títulos de verdad interesantes, que lo harán y esa es la otra razón), pero como reproductor… uf, sinceramente estoy encantadísimo con la compra.
Este es el típico caso de razón contra corazón. No he podido evitarlo. Cualquiera que ame el cine en casa seguro que me comprende.
Un abrazo.
Hablando con Sergiote por teléfono hoy, este me ha comentado lo incoherente que resulta el post que hay justo debajo de este, La PS3 entra en mi casa, con el que publiqué el 11 de octubre titulado Que te compre tu padre, que podéis leer siguiendo el enlace correspondiente, y en el cual hacía campaña en contra de la nueva máquina de Sony. Y no es el primero, porque mi tío Ángel me dijo lo mismo hace unas semanas.
Pues sí, me he comprado una PS3 cuando eché pestes sobre ella hace unos meses. Las razones son… ¿justificables?. Es evidente que leyendo mi boicot no lo parece, y efectivamente puede que así sea, pero ahí va mi razón:
La PS3 me ha salido un 20% más barata que al resto de la gente. Eso es un argumento fuerte, ya que es una rebaja considerable teniendo en cuenta su precio, pero quizá no es suficiente. La maquinita no tiene ni un solo juego en la actualidad que me convenza mínimamente, y sólo tengo el Tekken Dark Resurrection que me he bajado de la PS3 Store por 10 euritos. No es un juego de nueva generación, pero… ¿sabéis lo que es poder gozar de este juegazo en 1080i?. ¡Y eso que aún no tengo una TV Full HD!.
Y ahora os diré la razón principal por la que me la he comprado: las películas en Blu-Ray. No puedo vivir sin mi querido cine, y reconozco que estaba ansioso por poder dar el salto a las películas en alta definición. Se acabaron las películas de nueva hornada a 720x576. Ahora, cuando salgan peliculones como 300 me las podré ver en toda su gloria. ¡Eso sí que es una razón de peso!. Como consola, ni me va ni me viene ahora mismo (aunque poco a poco empiecen a salir títulos de verdad interesantes, que lo harán y esa es la otra razón), pero como reproductor… uf, sinceramente estoy encantadísimo con la compra.
Este es el típico caso de razón contra corazón. No he podido evitarlo. Cualquiera que ame el cine en casa seguro que me comprende.
Un abrazo.
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