Últimamente me siento demasiado perezoso para escribir una sola palabra en el blog, pese a la gran cantidad de cosas que me están sucediendo. Todo gira en torno a mi nuevo hogar (mi casa, por fin puedo llamarla así, como E.T.), pero no solo es eso. El peso de una enorme cantidad de responsabilidades que no es cuestión de enunciar aquí está encorvando malamente mi espalda y me cuesta dar hasta el más pequeño de los pasos, pero supongo que así es como tiene que ser. No es malestar, simplemente una situación pasajera como cualquier otra. En general, me siento bien.
Ayer me dieron los resultados de mi revisión médica anual completa, y salvo el maldito peso estoy como una rosa fresca en todo. De hecho, me encanta ver que no tengo ni la más mínima alteración sanguínea, relevante o irrelevante (engordar tanto en tan poco tiempo me agobiaba). A mi la salud me importa mucho y me considero sumamente sanote salvo por mi glotonería insaciable. De todos modos, mi desmesurado aumento de peso en los últimos seis meses se debe a algo muy concreto y por fortuna voy a empezar a subsanarlo en breve.
La casa está quedando preciosa. Quedan muchísimas cosas por hacer, pero como por fortuna este jueves comienzo unas vacaciones de 10 días, supongo que llevaré muchas de ellas a cabo. También tengo que pegarme el carretón final hacia mis primeros exámenes de la UNED, que son en febrero. Uf, que miedo. Pero bueno, volviendo a lo de la casa, ya pondré alguna foto o video de youtube, jeje. Friki que es uno.
En este mundo de locos en el que se cometen atentados terroristas absurdos en aeropuertos que pagan quienes menos deben, en los que se asesina impunemente a dictadores que, pese a merecerlo, ponen en evidencia que seguimos en la edad de piedra en ciertos aspectos, en el que turistas injustamente arrestadas en el extranjero son pagadas para que enseñen sus encantos para el morboso regocijo de cierta gente, o donde la polarización de los entes políticos y sociales es cada vez más evidente, yo opto por encerrarme en mi propio mundo lleno de música, cine, videojuegos, amistades contadas y mucha, mucha intimidad (a lo Ally McBeal). Sin dejar que el mundo de Wonderland me meta del todo dentro, claro. Y por eso quizá últimamente apenas escribo. No tengo muchas ganas de ser social estos días. ¿Es eso algo malo?.
Tengo la extraña impresión de que este va a ser el principio de una etapa nueva, buena y bonita en mi vida. Echo de menos ciertas cosas de antes, a ciertas personas, últimamente. Me siento algo descolocado. Se pone en evidencia este sentimiento cuando tengo sueños tan dispares, caóticos e intensos sobre personas que ya no tengo conmigo, algunas fallecidas literalmente y otras figuradamente. Querría solucionar ciertos asuntos ahora mismo, pero me temo que no está en mi mano el hacerlo. Hice una promesa (no a mí mismo, porque esas nunca las cumplo) y no pienso romperla. Para bien o para mal, tengo que dar el paso hacia delante que hasta ahora no me he atrevido a dar. Esto, sin embargo, no significa que vaya a hacerlo.
Me preocupa significativamente que desde que empezó 2007 aún no he ido al cine. No tengo tiempo, ganas ni compañía (aunque esto último no me preocupa) en base a los tiempos que me puedo permitir ir. A ver, entiendo que estoy hasta el culo de deudas, que tengo una casa que organizar, pero… ¡diantres!. Un cinéfilo como yo no puede permitirse estos deslices.
Metamos en la turbomix mi casa nueva (y todos sus aderezos: hipoteca, contratos, constructora, limpieza, compra, etc etc…), trabajo, familia, amigos, fantasmas personales, estudios… y matemáticamente tendremos un evidente resultado: estrés, cansancio, pereza. Tengo las defensas débiles, aunque el análisis de sangre indique lo contrario.
Y ahora, en mi último párrafo de este disperso post, y habiendo releído minuciosamente lo anterior, parece que estoy describiendo lo lamentable que me encuentro. No es esa la impresión que quiero causar. Creo que todas las personas tenemos este tipo de pesos sobre nosotros constantemente, y la única diferencia entre ellas y yo ahora mismo es que yo lo estoy intentando escribir con palabras. Así que tranquilícense, que estoy perfectamente. Con peso sobre la chepa, pero bien, gracias.
Ayer me dieron los resultados de mi revisión médica anual completa, y salvo el maldito peso estoy como una rosa fresca en todo. De hecho, me encanta ver que no tengo ni la más mínima alteración sanguínea, relevante o irrelevante (engordar tanto en tan poco tiempo me agobiaba). A mi la salud me importa mucho y me considero sumamente sanote salvo por mi glotonería insaciable. De todos modos, mi desmesurado aumento de peso en los últimos seis meses se debe a algo muy concreto y por fortuna voy a empezar a subsanarlo en breve.
La casa está quedando preciosa. Quedan muchísimas cosas por hacer, pero como por fortuna este jueves comienzo unas vacaciones de 10 días, supongo que llevaré muchas de ellas a cabo. También tengo que pegarme el carretón final hacia mis primeros exámenes de la UNED, que son en febrero. Uf, que miedo. Pero bueno, volviendo a lo de la casa, ya pondré alguna foto o video de youtube, jeje. Friki que es uno.
En este mundo de locos en el que se cometen atentados terroristas absurdos en aeropuertos que pagan quienes menos deben, en los que se asesina impunemente a dictadores que, pese a merecerlo, ponen en evidencia que seguimos en la edad de piedra en ciertos aspectos, en el que turistas injustamente arrestadas en el extranjero son pagadas para que enseñen sus encantos para el morboso regocijo de cierta gente, o donde la polarización de los entes políticos y sociales es cada vez más evidente, yo opto por encerrarme en mi propio mundo lleno de música, cine, videojuegos, amistades contadas y mucha, mucha intimidad (a lo Ally McBeal). Sin dejar que el mundo de Wonderland me meta del todo dentro, claro. Y por eso quizá últimamente apenas escribo. No tengo muchas ganas de ser social estos días. ¿Es eso algo malo?.
Tengo la extraña impresión de que este va a ser el principio de una etapa nueva, buena y bonita en mi vida. Echo de menos ciertas cosas de antes, a ciertas personas, últimamente. Me siento algo descolocado. Se pone en evidencia este sentimiento cuando tengo sueños tan dispares, caóticos e intensos sobre personas que ya no tengo conmigo, algunas fallecidas literalmente y otras figuradamente. Querría solucionar ciertos asuntos ahora mismo, pero me temo que no está en mi mano el hacerlo. Hice una promesa (no a mí mismo, porque esas nunca las cumplo) y no pienso romperla. Para bien o para mal, tengo que dar el paso hacia delante que hasta ahora no me he atrevido a dar. Esto, sin embargo, no significa que vaya a hacerlo.
Me preocupa significativamente que desde que empezó 2007 aún no he ido al cine. No tengo tiempo, ganas ni compañía (aunque esto último no me preocupa) en base a los tiempos que me puedo permitir ir. A ver, entiendo que estoy hasta el culo de deudas, que tengo una casa que organizar, pero… ¡diantres!. Un cinéfilo como yo no puede permitirse estos deslices.
Metamos en la turbomix mi casa nueva (y todos sus aderezos: hipoteca, contratos, constructora, limpieza, compra, etc etc…), trabajo, familia, amigos, fantasmas personales, estudios… y matemáticamente tendremos un evidente resultado: estrés, cansancio, pereza. Tengo las defensas débiles, aunque el análisis de sangre indique lo contrario.
Y ahora, en mi último párrafo de este disperso post, y habiendo releído minuciosamente lo anterior, parece que estoy describiendo lo lamentable que me encuentro. No es esa la impresión que quiero causar. Creo que todas las personas tenemos este tipo de pesos sobre nosotros constantemente, y la única diferencia entre ellas y yo ahora mismo es que yo lo estoy intentando escribir con palabras. Así que tranquilícense, que estoy perfectamente. Con peso sobre la chepa, pero bien, gracias.
Un abrazo fuerte.
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