23 de octubre de 2006

Torres, parques y musicales de ambiente


Esta es la primera foto que tomé ayer al anochecer, en la rivera del río Chicago.


El día ha comenzado hoy temprano, a eso de las nueve. Como he pasado una noche rara, que creo haberlo dicho ya, llevo el día disperso pero bien, en general. Para empezar y tras un buen desayuno, hemos ido a la azotea de su pijoedificio, donde hay una IMPRESIONANTE zona común de la comunidad. Es decir: una planta entera con mesas, televisiones, billares, terrazas…hay incluso para hacer una barbacoa, piscina y… ¡un jacuzzi!. Alucinante, oiga. Es de lo más pijo que he visto en mucho tiempo, pero me ha parecido una chulada. Ahora entiendo por qué ayer unos chavales iban cargados de comida en el ascensor… ¡iban a hacer una fiesta arriba!. Y es que si yo tuviera algo así en casa, tampoco lo dudaba.


Esto es la azotea del super-edificio de Javi.

Paseando por el Downtown


Esto de aquí es Javi, no yo (dicen que nos damos un aire).

Hoy domingo era el día del maratón anual de Chicago. El Downtown estaba lleno de gente animando a la familia y deportistas abrigados con mantas térmicas de esas que aíslan el frío. Un ambiente de lo más agradable reinaba en el Grant Park, donde Javi y yo hemos ido a ver la rivera del Michigan y una impresionante fuente. Después hemos visto el pequeño pero precioso Millennium Park, donde hemos echado unas fotos. El Michigan es precioso, y en general la sensación de pequeñez que tengo respecto a todo lo que me rodea se acrecenta.

A media mañana hemos tomado algo en un Starbucks. Jesús, como le gusta a esta gente este lugarcillo. Estaba literalmente lleno de gente con sus portátiles y me he dado cuenta de que en ese aspecto no soy muy distinto a ellos. Me encanta ese rollo del American Lifestyle, ir con mi café andando por la calle, etc… no es que sea un amante de America ni santo de mi devoción esta, pero vaya, esta gente sabe vivir bien. La sensación de que todo es muy, muy grande y cada vez más. Excesivo y obsceno, nada tiene aquí sentido de la medida. Cuando al final del día hemos ido al supermercado a comprar algo, he dicho ¡guau!. Porque hay tanta variedad y calidad en los alimentos que cuando vuelva al Carrefour me va a dar una depre. Lo mismo en otros ámbitos como las Librerías, la arquitectura y cantidad de monumentos y formas de arte por metro cuadrado, servicios, etc….

Bueno, sigamos. Tras una rica comida en un sitio de bocadillos (y por favor, no penséis en un Bocatta o un Pans’n company porque no tiene NADA que ver), hemos hecho un break en casa para irnos por la tarde a ver la torre Hancock, que no es tan grande como la Sears pero sí la segunda más grande de la ciudad, de acceso gratuíto y con un Lounge en su planta 96 muy agradable donde hemos tomado café.


Impresionante… no sé como será la Sears (iré mañana o pasado, además se ve en la foto), pero esta quita el hipo y no la recomiendo a quien sufra de vértigo. Tras eso, hemos seguido paseando y hemos tomado la Red Line para ir a un Best Buy, famosa cadena de tiendas tipo MediaMarkt a comprar unas cosillas, y tras eso nos hemos ido a la zona de ambiente de aquí, llamada Boys Town (un mote, evidentemente). Se hace excesivamente pronto de noche: a las 6 ya es prácticamente noche cerrada.

Tras un paseo por la zona, realmente bonita y agradable, hemos entrado a un bar carismático llamado Sidetrack que me ha dejado enamorado: decenas de pantallas de televisión donde SOLO se emitían escenas de musicales, un sitio aaaaaaamplio y espacioso, y lo mejor de todo: ¡¡Menudo percal de tíos!!. Estaban casi todos impresionantes. Además, el sitio daba tan buen rollo y era tan divertido (imaginad a cientos de tíos cantando al unísono El mago de oz, entre otros) que yo lo he pasado de fábula. Incluso he ligado, jajaja. Pero bueno, más bien había un interesado en mi, que no al revés. Un chico majete llamado Kyle que a mi no me apasionaba demasiado pero al que creo he dejado bastante encandilado. Estas cosas le suben el ego a uno, jeje. Eso sí, él era muy simpático y lo he pasado muy bien con la conversación. El sitio, en general, era como el The Paso de Madrid, pero 50 veces más grande y 100 veces con más glamour.

Vuelta a casa, es hora de descansar. Descubro para mi horror que llego tarde al capítulo de Desperate Housewives. qué le voy a hacer. Quizá me anime también a volver al Sidetrack un día solo, porque Javi tendrá que irse a Indiana un par de días la semana que viene y estaré solito.

Mañana Javi trabaja, así que aprovecharé para ir a ver museos, que para eso casi todos son gratuítos los lunes. Ahora acabaré de organizar unas cosas por aquí y ¡a la cama!. Que hay sueño, llevo todo el día andando y eso me mata. No quiero que esto se convierta en un Manhattan II.

De momento, la experiencia no podría resultar más positiva. ¡Seguiremos informando!.

Un abrazo.

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