En el mundo de Tolkien, en los días antiguos, existía un reino llamado Nogrod, en el cual vivían los grandes Señores enanos, junto con su otro gran reino: Khazad-Dûm o Moria. En este reino había un enano de gran renombre entre todos ellos, y su nombre era Telchar. Fue él quien forjó una poderosa espada, como muchas otras grandes cosas, que recibió el nombre de Narsil (que significaba Sol-Luna). Esta espada se hizo famosa y terminó, con el paso de las edades, en manos de los herederos de Númenor, el alto reino de los hombres en Oesternesse.
Cuando cayó Númenor, y los exiliados fundaron el reino de Gondor en la Tierra Media, Elendil el alto, rey de Arnor y padre de Isildur y Anárion, los regentes de Gondor, fue quien la llevó en la famosa batalla de la Última Alianza entre Hombres y Elfos contra Sauron, el Señor Oscuro.
En esa batalla, Elendil cayó bajo la mano del mismísimo Sauron, y la espada Narsil se quebró bajo su cuerpo. Su hijo Isildur tomó los fragmentos de la espada quebrada y con ella cortó el dedo de la mano de Sauron donde llevaba el poderoso Anillo Único, con lo cual su espíritu fue vencido (pensaron entonces que definitivamente, pero el anillo no fue destruído).
La fama de Narsil fue grande entonces, pues ella fue quien trajo la victoria en la guerra contra el mal. Pero este no había sido del todo derrotado. Por tanto, Elrond el Medio Elfo guardó los fragmentos de Narsil en Rivendel, hogar y refugio de los últimos Elfos de la Tierra Media, esperando el momento oportuno de volver a usar la espada.
Y así sucedió: Más de 3.000 años después, Sauron regresó, y entonces Narsil fue forjada de nuevo. Recibió un nuevo nombre: Andúril, La llama del Oeste. Y fue entregada al heredero de Elendil: Aragorn hijo de Arathorn, el legítimo rey Elessar de Gondor.
Con esta espada, Aragorn devolvió la esperanza al oprimido pueblo de los hombres y tras la derrota definitiva de Sauron se convirtió en su espada legítima, la espada del rey.
Vaya parrafada, ¿eh?. Bueno, supongo que no puedo evitar demostrar mis sapiencia en la mitología histórica de mi querido Tolkien, jejeje. Bueno, ¿y a qué viene que haya contado la historia de la espada a grandes trazos?. Porque, desde hace dos días, Andúril luce brillante en mi habitación. Ha sido el regalo de cumpleaños de mi querido Sergio, quien no había podido dármelo antes.
No tengo palabras: para mi, Andúril como símbolo es algo muy grande y me siento dichoso y feliz de poder tenerla entre mis manos: una réplica exacta. Y el hecho de que sea mi chico quien me la ha entregado, hace que su significado sea infinitamente potenciado...
Es uno de los regalos más bonitos que he recibido en mi vida... por muchas razones, como podréis intuir.
Un abrazo.
1 comentario:
¡JAR! ¡Quiero esa espada! ¡Y la de Arwen! ¡¡Las quiero todas!!
Publicar un comentario