9 de noviembre de 2010

Los Angeles día 1: Sunset & Hollywood Boulevard

Mi primer (más bien segundo si contamos la noche pre-hawai) día en Los Angeles comenzó muy, muy cansado. Bigbro y yo llegamos a LAX sobre las 6 de la mañana, hora local, y llegamos a la habitación sobre las 7 debido a un pequeño percance con mi maleta: vamos, que se rompió en el trayecto. Fuimos a reclamar y me dieron una completamente nueva y bastante mejor que la que llevaba, jejeje.
Tras dormir hasta las 13:00 horas más o menos, decidimos comenzar nuestro periplo californiano: volvimos al aeropuerto para recoger nuestro coche (cochazo, que en USA no se andan con tonterías) equipado con un GPS que nos dió muchas alegrías pero también muchos disgustos en los días posteriores.

Reconozco que eso de conducir por LA me daba bastante respeto, pero tras haberme acostumbrado a conducir por Hawai ya no estaba tan asustado. Y de hecho, cuando entré con el coche por las casas de los famosos en Beverly Hills me parecía estar yo mismo dentro de una película. Y ahí empecé a ver de qué iba esta ciudad: excesos y podredumbre. O lo que es lo mismo, cómo pasar de estar en barrios con una ostentación que roza casi el ridículo a calles que parecían abandonadas a su suerte desde mucho tiempo atrás, de una manzana a otra. Así es LA: eres ganador o eres perdedor, como diría Greg Kinnear en Pequeña Miss Sunshine.


En todo caso, nosotros nos dirigimos a la zona de Sunset Boulevard, que resultó ser enormemente grande y, por qué no decirlo, aburrida y decepcionante. Lo único que tenía interesante eran las (inaccesibles) tiendas de lujo y una zona de cafés bastante chula donde disfrutamos de un delicioso y enorme capuccino que nos recordó casi a los europeos.

Tras ver lo gélidamente vacía que estaba la zona tanto en contenido como en gente, optamos por ir al famosísimo teatro chino y al Kodak Theater. No esperábamos poder acercarnos demasiado, la verdad, ya que era el sábado pre-Oscars (que se celebrarían al día siguiente), pero cual fue nuestra sorpresa al descubrir que, pese al enorme tráfico de la zona, el edificio contiguo era una especie de megaparking de unas.. qué se yo, ¿30 plantas? donde pudimos aparcar sin problema. Pensábamos que nos "clavarían" una buena por aparcar allí, pero ¡oh, sorpresa! nos llevamos una enorme alegría al saber que si comprabas lo que fuera, cualquier cosa, en el centro comercial, el parking solamente te costaría 5 dólares por 2 horas de aparcamiento. Y cuando digo cualquier cosa es CUALQUIER COSA: ¡una lata de bebida!. Entonces, te sellarían el ticket para que se aplicara el descuento. Fué entonces cuando descubrí que en LA las cosas funcionan así: parkings kilométricos por toda la ciudad a precios ridículos, que evidentemente beneficia a la cultura del coche en detrimento de un transporte público lamentable para una ciudad de esas características. Grande, dispersa y mal comunicada. Es decir, o tienes coche en LA o estás perdido.


Tuvimos una ligera mala suerte porque justo entonces comenzó a llover, lo cual unido a que todo Hollywood Blvd. estaba cortado por los Oscars que se iban a celebrar al día siguiente, no nos permitió sacar fotos decentes en el exterior. Además, ya se había hecho de noche. Pero pudimos entrar al hall del Kodak Theater, donde menos de 24 horas después estarían todas las estrellas más importantes del cine del mundo entero. Yo me sentí como un niño pequeño emocionadísimo.

Finalmente, nos dimos una vuelta por los alrededores, que como era previsible se componía de restaurantes fast-food, algún que otro cine (menudo periplo que tuvimos que pasar para ver Alice in wonderland, algo que no hicimos ese día por falta de entradas en todas partes), y muchas, muchas tiendas de souvenirs. Ahora bien, dos manzanas después todo se convertía en calles desiertas que daban bastante yuyu, así que volvimos al coche y regresamos al hotel a descansar.

El primer día en LA fue realmente excitante por todo lo que tenía que ver con Hollywood... pero me quedó claro que, o mejoraba en días posteriores lo que teníamos que ver, o estaba bien claro que esa ciudad de quieros y no puedos no era para mi.

Un abrazo.

2 comentarios:

CruisAir dijo...

Interesting post Dani!

Anónimo dijo...

Me gusta como relatas tus pequeńas reflexiones