Tras ver las temporadas 2 y 3 de Grey’s anatomy, me encuentro un poco dividido: la temporada 2 es seguramente la artífice del enorme éxito de la serie, porque es simplemente soberbia; unas tramas preciosas, una tensión desquiciante y situaciones límite resueltas de manera emocionante, emotiva y (a veces) triste. La segunda temporada, que define bien a los personajes de la serie de una vez por todas, nos hace encariñarnos con la adorable Izzie Stevens o con la alocada pero fabulosa Addison Montgomery (mis personajes favoritos de la serie). Además, la incorporación de un personaje que no cumple el estereotipo de tía buena sino de moza machorra como es el de la Dra. Callie Torres no tiene precio.
Pero como ya iba diciendo, no todo son halagos. La segunda temporada es fabulosa, colosal, y esto se alarga hasta bien entrada la tercera temporada. Pero a partir de ahí, a los guionistas se les va absolutamente la pinza, y convierten a los personajes en parodias de sí mismos, las tramas resultan totalmente incoherentes y absurdas, y para colmo, cuatro capítulos antes de terminar la temporada nos meten descaradamente un par de capítulos piloto de un Spin Off que podría protagonizar la Dra. Addison, metiéndonos con calzador un montón de personajes nuevos en lo que claramente es una serie que no sigue el mismo patrón narrativo que la que estamos viendo. Eso por no mencionar el hecho de que los últimos capítulos, ya mencionados, parecen más un Melrose Place en un hospital que otra cosa (es decir, nos liamos todos con todos). De ahí que mi amigo Sera me mencionara que llamaba a la serie El folleteo de Grey. Ayns.
Conclusión: la serie corre el grave riesgo de convertirse en una Desperate Housewives 2, con guiones que no van a ninguna parte y tramas que se meten sin pensar y que convierten a sus personajes en peleles. Por fortuna, en los últimos minutos de la temporada introducen a un nuevo personaje que promete dar mucha caña en la cuarta temporada, que empieza a finales de este mes. A ver si los guionistas vuelven de las vacaciones y dejan esta serie en el lugar que se merece.
Un abrazo.
Pero como ya iba diciendo, no todo son halagos. La segunda temporada es fabulosa, colosal, y esto se alarga hasta bien entrada la tercera temporada. Pero a partir de ahí, a los guionistas se les va absolutamente la pinza, y convierten a los personajes en parodias de sí mismos, las tramas resultan totalmente incoherentes y absurdas, y para colmo, cuatro capítulos antes de terminar la temporada nos meten descaradamente un par de capítulos piloto de un Spin Off que podría protagonizar la Dra. Addison, metiéndonos con calzador un montón de personajes nuevos en lo que claramente es una serie que no sigue el mismo patrón narrativo que la que estamos viendo. Eso por no mencionar el hecho de que los últimos capítulos, ya mencionados, parecen más un Melrose Place en un hospital que otra cosa (es decir, nos liamos todos con todos). De ahí que mi amigo Sera me mencionara que llamaba a la serie El folleteo de Grey. Ayns.
Conclusión: la serie corre el grave riesgo de convertirse en una Desperate Housewives 2, con guiones que no van a ninguna parte y tramas que se meten sin pensar y que convierten a sus personajes en peleles. Por fortuna, en los últimos minutos de la temporada introducen a un nuevo personaje que promete dar mucha caña en la cuarta temporada, que empieza a finales de este mes. A ver si los guionistas vuelven de las vacaciones y dejan esta serie en el lugar que se merece.
Un abrazo.