Hoy es el día del orgullo gay, como todos los 28 de junio.
Me gustaría poder sentirme con ganas de hacer alguno de mis discursos sobre la legitimidad de derechos, de la reivindicación frente al espectáculo, pero no me veo muy inspirado hoy por razones de tiempo y de quehaceres laborales. Qué pena, teniendo en cuenta lo verborreico que soy.
Ayer fui a Chueca y estuvo genial: mucha gente pero nada de agobio, donde pasé una velada estupenda con mis amigos. Me volví pronto, no obstante, porque hoy tocaba trabajar. Me quedo, simplemente, con el ambiente tan sano y divertido que se respiraba, y con la desafortunadísima y lamentable locución de Marta Sánchez en la plaza de Chueca. Yo estuve presente y por mucho que algunos medios lo maquillen, fue de risa. Que poca gracia y salero, Dios mío. Sólo tenéis que mirar la prensa de hoy para haceros eco.
Ahora soy yo quien debería decir eso de ¡viva la mariconería!, pero como lo digo a diario, simplemente sentencio:
FELIZ DÍA DEL ORGULLO GAY
Y esto va para gays o heteros. Porque todos tenemos que celebrarlo, sexismos aparte.
Un abrazo.