Vivir sin sentimientos es la muerte en vida.
Y los sentimientos, al igual que la vida, se extinguen.
Cuando uno de nuestros sentimientos muere
Nosotros también morimos un poco con él.
Por tanto, vivir y sentir es morir un poco cada día.
¿Dónde empieza la vida? ¿Y la muerte?
¿Es acaso lo mismo?
Si vivo sin sentir no estoy vivo.
Si siento seré feliz, pero mi vida se verá absorbida.
Y me será arrebatada de forma lenta pero segura.
Muchos son los que prefieren la muerte, o la muerte en vida.
Y otros, como yo, no quieren jamás dejar de sentir.
Sentir y vivir, sufrir y morir.
¿Qué es el placer sin el dolor? ¿Dónde empieza el uno y acaba el otro?
No tengo la respuesta. Tampoco la quiero.
Aunque a veces, sin quererlo, la busque.
Sólo hay, para mi, una auténtica certeza:
No hay nada más bello que la vida en todo su conjunto.
Un abrazo