Pues sí, es la primera vez que me pongo a hacer cosas con el ordenador en un avión. Voy camino de Chicago en el que es el viaje más largo y lejano que he hecho hasta la fecha en mi vida. Seguramente cuando publique esto ya esté en casa de Javi y tendré mucho más que decir, ya que habré visto ya bastantes cosas y, por descontado, sentido otras muchas otras. Pero ya habrá tiempo de hablar de todo eso.
Me siento emocionado, pero el pensar que estoy ahora mismo a 11.000 pies de altura y camino de America, llevando aproximadamente 5 de 9 horas de vuelo, se me hace extraño. No tengo la sensación de estar atravesando el globo casi a siete mil kilómetros de mi hogar. Pero así es. Dentro de unas horas estaré en Illinois dispuesto a pasar una semana de turismo conociendo la que indudablemente es una gran ciudad. Eso, por descontado, os lo iré diciendo convenientemente.
Esta mañana llegué al aeropuerto de Barajas a eso de las 9 de la mañana. Me llevó mi madre, que amablemente se ofreció a acercarme, pero como tenía peluquería a las 10, pues simplemente me dejó y se marchó. Como no tenía nada mejor que hacer, me lancé directo a facturar, ya que odio las colas (que aún así me tragué) y porque sé que la Terminal 4 tiene un enorme y divertido centro comercial que visitar. Tras hacerlo (presentar billete electrónico y pasaporte), me lancé al control policial. Fuera anillos, colgantes, cinturones, etc. Al menos no me pasó como el año pasado, cuando a mi y a Sergio nos debieron tomar por miembros de Al-Qaeda y nos metieron en un cuarto aparte para, literalmente, sacar toda la maleta y revisar que no lleváramos nada peligroso.
Tras eso y entrar al centro comercial, me he tomado un café con bollos en un Starbucks y comprado un par de revistas para el camino. El laaargo camino hacia la puerta de embarque, cortesía de esa gigantesca pero preciosa terminal, hizo que llegara a solo 10 minutos de comenzar el embarque. Pero ¡oh, sorpresa!. Ahora hay una nueva normativa de equipaje de mano y tuve que pasar por OTRO detector previo. A la pobre mujer que iba delante mía la obligaron a tirar una crema de cosmético por su peligro potencial. Toma ya. El resto, genial: un embarque más o menos agradable, y puntualidad absoluta en la salida.
Estoy ahora mismo sentado en la misma fila (no había pasillo, qué se le va a hacer, pero al menos he superado el supuesto overbooking que tenía este vuelo) con un par de parejas de americanos bastante simpáticos y de edad media-alta, que me cuentan su viaje a Estambul y sus múltiples transbordos. Unos son de Canadá y los otros de Dallas. Por lo que veo, tengo mi inglés bastante al día… hasta ahora no he tenido el menor titubeo ni falta de fluidez al hablar con ellos. Pero el viaje es largo y la conversación no puede durar todo el tiempo. Casi todos ahora duermen, leen o ven alguna de las tres películas que están emitiendo. Ya vamos por la tercera.
La primera de ellas, qué mala suerte, la vi la semana pasada en el cine y me pareció muy divertida, así que la he vuelto a ver en V.O. Hablo de El diablo viste de Prada. La segunda es un auténtico coñazo que me ha aburrido hasta la saciedad… esa “comedia” de Jennifer Aniston y Vince Vaughn llamada Separados. Ahora mismo están emitiendo una española, Sin ti, y me parto de risa al escuchar el doblaje inglés. Si si, es que se puede ver en dual, como no.
Lo más descojonante es el folletito que hay que rellenar de inmigración para cuando lleguemos y que ya rellené el año pasado. Simplemente no entiendo como puede resultar algo tan sumamente imbécil… me refiero a las preguntas que te hacen. Pongo algunos ejemplos:
- ¿Tiene usted intención de realizar algún acto criminal o depravado en USA?
- ¿Tuvo usted algo que ver entre 1930 y 1940 con el partido nazi?
- ¿Tiene usted algún tipo de enfermedad mental o comportamiento perturbado?
Pues nada señores, les contestaré sí a todas a ver que pasa cuando llegue abajo. Es que vamos, ni un niño de párvulos es tan tonto como para contestar algo afirmativamente en caso de que tuviera intención de hacer esas cosas. Pero claro, esto se lo queda inmigración. Y si has contestado, evidentemente, no, y haces algo de eso, se te comen con patatas las leyes de aquí.
No ha habido demasiadas turbulencias hasta el momento, pero algunas sí que ha habido y me ponen muy nervioso, me dan un mal yuyo impresionante.
Supongo que cuando llegue tendré que echarme un siestita o algo así, pero intentaré aguantar el tirón del Jet Lag hasta esta noche. Se me va a hacer muy raro, como la otra vez, pero sé que la vuelta será mucho peor. Siempre cuesta más.
Estoy contento pese a todo lo que puse hace unos días. Al fin y al cabo, ver mundo ha sido siempre uno de esos sueños que no había podido realizar hasta relativamente hace poco, y ahora que empiezo a verlo me siento parte de algo mucho más grande, que se mueva más allá de la provincia de Madrid. Tengo especial interés en recorrer la costa del Michigan o el río Chicago y subir a la torre Sears… alguien me habló una vez de su estancia allí y me emocionó mucho. Seguro que será muy bonito.
Y ahora corto, que para hacer esto rodeado de gente y en el ambiente que lo hago no está mal. ¿Cuántos kilómetros habré recorrido en este lapsus de tiempo?. Ciertas cosas de la tecnología y el mundo en que vivimos nunca dejarán de sorprenderme.
Un abrazo.
21 de octubre de 2006
Blogueando en el avión
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