Este domingo se celebran, como todos los años, los Oscar de Hollywood. Como hace mucho tiempo que no hablo de cine, pese a pegarme una auténtica panzada a ver películas y series constantemente (amigos y novio pueden dar fe de ello), me gustaría añadir una mini-review de las películas nominadas y mi opinión personal de cada una de ellas (las que he visto, evidentemente).
Slumdog Millionaire
Esta auténtica sorpresa por parte de Danny Boyle (director de Trainspotting, entre otras, y de una pequeña maravilla ignorada hace un par de años, Sunshine) nos traslada al Bombay moderno y nos cuenta la vida (y desgracia) de dos hermanos huérfanos y del amor de uno de ellos y eje de la película: la preciosa Latika, en un contexto absolutamente propio de Charles Dickens y con la premisa del destino que debemos encontrar. Una auténtica joya en todos los sentidos que no dejará indiferente a nadie y que, para mi, es la que debería llevarse el oscar a mejor película por refrescante, original y proponer una maravillosa historia desde un punto de vista distinto a los estándares Hollywoodienses.
Revolutionary Road
No está nominada a mejor película ni director ni actor ni nada de eso, pero es que una maravilla como esta no debería quedarse en una simple anécdota. Este brutal film de Sam Mendes que nos habla del revés del sueño americano a través de las vidas de un matrimonio caído en desgracia como el de un increíble Leonardo di Caprio y una aún mejor, casi diría que perfecta Kate Winslet, nos demuestra que la vida muchas veces es un enorme compendio de ilusiones frustradas y, como bien apunta el fantástico personaje del vecino chiflado, irremediablemente vacía. Lo dicho, que esta película pese a haberse quedado sorprendentemente fuera de las quinielas, ofrece un buen hacer y unas interpretaciones épicas en un contexto realmente difícil, casi infernal, en un precioso barrio de los suburbios de Nueva York. Imprescindible.
The reader
Tenía muy altas las expectativas sobre este nuevo film de Stephen Daldry tras apasionarme sus anteriores trabajos, Billy Elliot y Las horas (especialmente esta última), aderezado por el enorme interés que me provocaba la sinopsis de esta película y la peculiar caracterización de Kate Winslet. El resultado no me ha decepcionado en absoluto: un impresionante alegato sobre la crueldad de la sociedad, que siempre se deba con las personas más débiles e ignorantes de ella como cabezas de turco, en este caso el apasionante y sincero personaje de Hannah Schmidt, interpretado una vez más por la única Kate Winslet. Pese a que creo que su interpretación de Revolutionary road es mejor que esta, es por esta película por la que opta al oscar y, salvo sorpresas de última hora, debería llevarse. Al margen de la Winslet, sorprende el actor aleman David Kross interpretando al joven e ingenuo Michael Berg, un chiquillo que se enamora perdidamente de Hannah al despertarle a la vida del sexo, la pasión y el afecto. La película, si bien es algo lenta en su desarrollo y las caracterizaciones son algo penosas (ese maquillaje), además de profundamente tranquila, logra transmitir su mensaje: la pérdida de la inocencia, la crueldad de una sociedad que quiere lavar su conciencia condenando a los que menos lo merecen, la búsqueda de la ilusión y el despertar a la vida al leer los pasajes de un libro.
Mi nombre es Harvey Milk
Este típico y tópico biopic de la vida del activista gay más famoso de San Francisco en los 70, Harvey Milk, se sale de lo normal gracias a una interpretación de Sean Penn que roza lo sublime, además de ser terriblemente educativa y llena de una enorme moralina a favor de la tolerancia y el respeto. Si bien tiene puntos negros (Diego Luna no pega nada de nada en esta película), y su desarrollo es algo irregular, teniendo algunos momentos algo tediosos, Milk es una película que toda persona debería ver aunque sea solo por su enorme valor pedagógico y por ver a un Sean Penn que se sale por los cinco costados. Aunque seguramente el oscar se lo arrebate Mickey Rourke por El luchador, yo le pongo a él como mi candidato ideal. Ah, y una cosa más: no entiendo en absoluto la nominación al oscar de Josh Brolin por esta película, ya que está soso como él solito. ¡Vivan los amiguismos!.
La duda
Basada en una obra de teatro ganadora de un premio Pulitzer, La duda es una apasionante película que aunque no puede ocultar sus orígenes (las localizaciones de la película son teatrales al 100%), ofrece uno de los guiones más interesantes que he podido observar en años, además de su punto fuerte: las soberbias y maravillosas interpretaciones de todos sus actores principales. Tanto la única Meryl Streep (me alucina que esta mujer sea capaz de pasar de hacer algo como Mamma Mia! a esto) como Phillip Seymour Hoffman están sublimes en sus interpretaciones (hay algunas escenas entre ellos que te ponen la carne de gallina), pero la increíble Amy Adams no les va a la zaga. Me encantaría que se llevara el Oscar ella, pero creo que si nada lo remedia se lo va a llevar nuestra Pe. Ah, y soy de los que cree que aunque Viola Davis (la madre del niño) lo hace increíblemente bien, una sola escena no justifica una nominación al oscar. Pero yendo al grano: La duda escarba realmente bien en el escabroso terreno de la justicia ciega basada el los prejuicios y las propias creencias, hasta el punto de que uno llega a la inequívoca conclusión de que, a veces, la verdad sobre algo tiene más que ver con nuestra propia naturaleza como persona que con los hechos objetivos. Ah, y la fábula de las plumas que aparece en la película me parece fabulosa.
El curioso caso de Benjamin Button
No me ha gustado, lo siento. Matizo: no me ha gustado porque más que Benjamin Button debería llamarse Forrest Gump Revisited, ya que salvo el hecho de que nos cuente la vida de un hombre que avanza al revés (de viejo a joven), el resto es exactamente lo mismo, aunque con mucha menos capacidad de emoción y un 80% de actores secundarios que no aportan absolutamente nada a la película. Película de manual (preciosa fotografía, música, localizaciones, dirección, iluminación, efectos especiales, frases épicas con pretensiones trascendentales) con alguna que otra interpretación interesante como la de la casi siempre eficiente Cate Blanchett o la madre de Brad Pitt, El curioso caso de Benjamin Button es un precioso cuento excesivamente rodeado de superficialidad y un desarrollo tedioso, a lo que no ayuda nada un Brad Pitt absolutamente indiferente a todo lo que le rodea (más le vale que no le den el oscar por "esto", que este caballero demostrado sobradamente lo válido que es... ¿por qué no le han nominado como actor de reparto por Quemar después de leer?). Es muy posible que se lleve muchos premios gracias al clasicismo cinematográfico que despleta y lo que gustan en Hollywood este tipo de historias épicas que además contemplan episodios de su historia reciente. Pero a mi que no me joroben, porque Forrest Gump es la misma película, pero mucho mejor.
Terminando: espero que Pe no se lleve el Oscar (y eso sin haber visto Vicky Cristina Barcelona aún) aunque lo dudo, que se han dejado una joya como Revolutionary Road fuera, que el apartado de los actores este año está calentito porque casi todos merecen el premio (excepto Josh Brolin, Pe y Pitt), y que ya podían haber dejado los prejuicios fuera y nominar a más premios importantes a El caballero oscuro.
El lunes, tendremos los resultados.
Un abrazo.