Curioso el post de hoy en el blog de mi buen amigo Manu, en el cual hay un enlace directo a una web de un fotógrafo profesional mostrando las diferencias entre las fotos que hace a las modelos o actrices antes y después de ser "Photoshopeadas". Impresionante ver cómo mejora absolutamente todo: desde la iluminación, el color de cara, las imperfecciones de la piel, las barriguitas que desaparecen, los ojos que se iluminan... todo un mundo de ficción al servicio de las mejores portadas. ¿Y todo para qué?. Para ser bombardeados con un mundo etéreo e irreal, de mujeres hermosísimas y perfectas inexistentes (¡Pero si la gracia consiste en no ser perfecto, creo yo!) y que si bien queda estéticamente muy chulo, no deja de ser un motivo constante de envidia para el resto de los mortales.
A veces me gusta retocar mis fotos, para quitarme los ojos rojos, para que no salga ese grano que tenía ese día... no deja de ser vulgar coquetería, porque evidentemente alguien con un físico como el mío no puede aspirar a más.
Aún así, ¿cada día somos más artificiales?. Yo creo que sí. Se nos bombardea día a día con estereotipos de belleza que, para bien o para mal, nos afectan. "Estoy muy gordo", "Tengo la cara fatal", etc etc... son pensamientos muy comunes. Y cuando me hierve la sangre es cuando veo los anuncios de Corporación Dermoestética o Esbeltic Model.... brrrr. ¡Cuanto culto a la artificialidad!.
Un abrazo.