心が痛いです。しかし強いです。
No pienso traducir esa frase (ni siquiera sé si está bien escrita), pero resume cómo me siento ahora mismo tras pasar una inesperada buena noche, durmiento tranquilo y relajado.
Hoy me espera otro día maratón... trabajo, más trabajo al salir del trabajo, clase de japonés y llevar a mi madre al concierto de Bisbal... uf, solo de pensarlo me agoto.
Ayer fue un día muy, pero muy malo. Y como además tengo la puñetera tendencia de desahogarme escribiendo en el blog, luego no me extraña que me digan que doy la sensación de ser un tío en constante depresión, ateniéndonos a mis comentarios. Bueno, no es que sea el colmo de la alegría, pero todo el que me conoce sabe que soy una persona con un caracter divertido y afable en términos generales. Ya mi me gusta escribir sobre mis divagaciones, de esas que todos tenemos pero raramente decimos. Llamadlo defecto profesional, si queréis.
He tomado la decisión de no hacer el chorra y mover el culo, animarme y pasar de todo elemento negativo, quedarme con las cosas buenas de estos días (que por fortuna, son casi todas).
Ayer hice algo que en su momento me prometí no hacer nunca, algo que creía necesario pero iba contra mis principios. No quiero decir lo que es, pero he tardado MUCHÍSIMO TIEMPO en darme cuenta de que a veces, solo en determinadas ocasiones, hay que dejar de lado los prejuicios, los principios y los idealismos, y hacer lo que se debe hacer sin miedo o temor. Me costó, me dolió, fue horrible. Aún tiemblo al pensarlo, pero hoy me he levantado mucho mejor. Sabía que me haría bien llevar a cabo "esa" acción. Ha sido una liberación poder, literalmente, mirar a la cara al peligro, desafiarlo y vencerlo.
Me esperan ahora días raros, pero debo pensar en las pequeñas cosas que me alientan: el viaje, el estreno de Harry Potter, los fines de semana playeros... el tiempo libre...
Y sobre todo, no olvidar la definición de la palabra esperanza.
Un abrazo.