Finalmente ha cuajado. Finalmente puedo escaparme a Dublín dentro de unos días. Tras el inicial disgusto ante la imposibilidad de poder llevar a cabo este viaje, puedo decir orgulloso y feliz que este sábado iré a conocer Irlanda de una vez por todas, y durante 5 días estaré paseando por las calles de Dublín. Es más, tengo la esperanza de poder hacer alguna excursión a los famosos Cliffs o Acantilados, sobre todo los de Belfast.
Hace muchísimos años que no viajo solo al extranjero. Las dos veces que lo he hecho ha sido a Londres cuando era más chavalín, y dejo constancia de ello con esta foto de hace la friolera de casi 9 años, mientras paseaba por la rivera del Tamesis.
Hace muchísimos años que no viajo solo al extranjero. Las dos veces que lo he hecho ha sido a Londres cuando era más chavalín, y dejo constancia de ello con esta foto de hace la friolera de casi 9 años, mientras paseaba por la rivera del Tamesis.
Sí, lo sé, no tiene nada que ver. Esta vez voy de vacaciones, a la aventura, cual Indiana Jones. Pero me siento profundamente excitado, como un niño pequeño. Me apetece mucho poder hacer este viaje por mi cuenta propia. El hecho añadido de tener una semana completa de vacaciones en la cual pienso atar muchos cabos sueltos y, además, irme a mi querido Sanxenxo al regreso (no voy desde septiembre), hace que todo tenga un sabor dulce empalagoso que casi resulta obsceno.
Mi querida amiga Belén (Arjona) siempre me ha hablado de Dublín como una de las ciudades europeas más bonitas que existen. Ella debe saberlo bien, pues estuvo un año estudiando allí. Y yo procuraré corroborar sus palabras en cuanto regrese.
¡Qué bien, qué ganas!.
Un abrazo.