20 de diciembre de 2006

El mundo sigue equivocándose


Mágica. Ese es adjetivo más adecuado que puedo encontrar a la noche que ayer viví en el teatro Nuevo Apolo de Madrid, donde La quinta estación completaba su mini-gira de El mundo se equivoca, su nuevo disco. Hace algo más de un mes fui a verlos a un concierto gratuito que me tocó en CajaMadrid y me quedé con ganas de más. Lo de ayer fue un auténtico espectáculo, con nada menos que 8 músicos mas los que se unieron en temas concretos, en un escenario inolvidable. Y la razón de tanto despliegue visual y técnico se debía a que… ¡sí!. El concierto iba a ser grabado en DVD para su próxima comercialización en España. Dentro de unos meses ponga seguramente imágenes del mismo en este Blog, y como Carlos, Nacho, Sergiote y yo estábamos en primera fila lo más seguro es que salgamos en más de un plano de dicho DVD.

Y dicho esto, me pongo a describir las casi dos horas y media de concierto lleno de momentos y anécdotas inolvidables. A la ya mencionada enorme banda se sumaron los integrantes del grupo: el mudito Ángel, el loco Pablo y la radiante y maravillosa Natalia, dispuesta una vez más a demostrar que su chorro de voz incomparable estaba en plena forma. Cosa de dos fue el tema que abrió el concierto, que ya empezó a hacer que la gente se animara y empezara a dar palmas compulsivamente. Desde ahí en adelante, se empezaron a desgranar temas de sus tres discos… El amor no duele, Nada, Perdición, Esperaré despierta, Rompe el mar, Flores de alquiler, Ahora que te vas… y llegó entonces la primera de las anunciadísimas colaboraciones secretas. Subió al escenario Álvaro Urquijo, componente de Los secretos, y se cantó a dúo Por el bulevar de los sueños rotos. Acto seguido, Urquijo colaboró con la guitarra en uno de los temas estrella del grupo, El sol no regresa, que hizo a todo el mundo levantarse de la silla y empezar a dar botes. Eso era ya una fiesta, y tanto Natalia como Pablo se pusieron a llorar emocionados de que sus paisanos se supieran sus canciones. Y me encantó que recalcaran que la canción No es de OT, ¿eh?. Que es nuestra.

Y es que si hay algo que puede definir a esta gente es humildad: porque en Mexico son muy conocidos, muchísimo, pero aquí, en su país, la cosa es muy diferente. No dejaron de recalcar en todo momento lo honrados que se sentían de estar en su casa, con sus familias, tocando en el teatro Nuevo Apolo, y que hasta que llenaran Las Ventas no iban a parar. Las lágrimas de sus ojos no eran falsas. Yo estaba en primera fila para verlo.

Siguieron las canciones, y como suele pasar en todo concierto, pasaron ya a ser todos auténticos temazos. Llegó Algo más y yo, una vez más, comencé a llorar por lo de siempre. Y seguí llorando con otro de mis temas favoritos, Para no decirte adiós. Luego, su último sencillo, la fabulosa e increíble Me muero… y finalmente llegó el único punto negro de la noche: la interpretación de mi tema favorito de su último disco, La frase tonta de la semana.

Y digo punto negro porque esa fue la canción escogida para la segunda colaboración estrella de la noche: Alex Ubago, que subió al escenario con su cara de panoli y comenzó a cantarla junto a Natalia, que se lo comía con patatas fritas en calidad votal. La cagada de Alex Lumbago fue que se OLVIDÓ LA LETRA en medio del tema, y os recuerdo que el asunto se estaba grabando para DVD. Cuando acabaron, Natalia pidió por favor al público que si podía repetirla, algo a lo que accedimos gustosos pues incluso con el Lumbago ahí arriba el tema no dejaba de ser extraordinariamente bello. Así pues, repitieron, esta vez bien, y al finalizar Pablo repitió incluso las mismas palabras que al acabar la primera vez: Un aplauso al maestro Alex Ubago. ¿Estaría siendo irónico?.
NOTA: Tras el revelador comentario dejado por Antonio en este mismo Post, me acabo de dar cuenta de lo terriblemente injusto que he sido respecto a Alex Ubago. Me he dejado llevar por una sensación de desencuentro absolutamente injustificable y, por ello, pido disculpas. Reconozco que la música de Ubago no es actualmente santa de mi devoción, algo que no me impide tener el disco Qué pides tú en edición especial y saberme todas sus canciones (aquí entono el Mea Culpa y confieso mis pecados). No cambio lo que ya he escrito, porque creo que debe quedar constancia de mi primera impresión, pero desde luego, me he lucido. No puedo añadir más... tan solo que como todo el mundo, a veces la irreflexividad se apodera de mi. Dicho queda.


Siguió la noche, ya tocando a su fin, y se cantó Tu peor error (una vez más, todos en pie y botando) en medio del apoteósico fin de fiesta lleno de alegría y buen rollo. Natalia nos miraba a Carlos y a mi haciendo el tonto cantando y nosotros nos sonrojabamos. De hecho, el estar en primera fila una vez más hizo que Natalia se dirigiera a mi en alguna ocasión durante el concierto. Me decía Chico, tú eres el que más grita, ¿Eh?. Y me llamó guapo y me puse rojo… y ella lo recalcó. ¡Te has puesto colorado!.

Tras el paripé del Otra, otra como siempre se hace en los conciertos, volvieron a salir y cantaron la preciosa Niña, Dónde irán y otra vez Tu peor error para regocijo de los asistentes. Tras eso, iba a haber segundo bis, pero… ¡se fue la luz!. Sí, lo que oís… Natalia salió junto a Pablo y empezaron a hacer monólogos… ¡sin micro ni nada!. Un cachondeo cuando empezamos todos a decir ¡La culpa es de Gallardón!. Sobre su situación, lo orgullosos que estaban del concierto que acababan de dar… pidió que le dijeramos algo que cantar A Capella y yo empecé a gritar ¡Janis Joplin! (sabiendo que Natalia se pirra por ella) y ole sus ovarios, se marcó el Mercedes Benz de la irrepetible Janis. Al acabar, me dice ay tío que mal, la he cantado un tono más alto y yo le dije ¡Qué va!. Ha estado de puta madre.

Las inmensas ovaciones que recibieron, junto con el buen humor de Pablo, hicieron que nuevamente se pusieran a llorar en el escenario. Todo terminó con el teatro entero, sin luz en él, cantando juntos nuevamente El sol no regresa.

Definitivamente, en directo este grupo crece mucho, pero que mucho mucho. Estoy encantado y orgulloso de confesarme su admirador y espero que acaben triunfando como se merecen. Ya son 4 las veces que he ido a verlos y 4 las que he salido lleno de alegría y buenos sentimientos. Y hasta creo que Natalia ya sabe quien soy y todo, jaja.

Para cerrar el comentario, dejo el video de su último sencillo, Me muero, que si bien no me gusta nada visualmente hablando (no sé qué pinta el Mistico este ni el video en sí con la letra tan preciosa que tiene), no puedo negar que el tema me parece maravilloso.

Gracias por una noche inolvidable.

Un abrazo.