Ya ha pasado una semana funesta llena de eventos realmente tristes, dramáticos y negativos. Pero cuanto más pienso sobre ello, más creo que frente a la
inevitabilidad de cambiar lo ya ocurrido, lo mejor es centrarse en
vivir la vida con la alegría que esta merece. Durante unos días me he sentido francamente centrado y sereno, motivado posiblemente por una situación en la que ves con plena certeza las cosas que
importan de la vida y las que importan una mierda, hablando mal.
Estos días he hecho muchas cosas, siendo la más importante de ellas la de intentar de buena fe arreglar una situación amistosa que lleva un tiempo completamente muerta. También me he ocupado de vivir: he trabajado, ido al cine un par de veces, he leído, escuchado música, paseado, y un largo etcétera...
Este domingo fui con Sera al
ExpoManga 2008 en la Casa de Campo de Madrid. Hacía tiempo que no veía tanto コスプレ (Cosplay). Me harté de ver 100 clónicos de los personajes de Death Note y de Naruto. ¡Qué pesaos, qué poco originales!. Pero algunos de los disfraces eran una maravilla. Y también mucho comic, muchísimo Merchandising y más aún frikis a tutiplén. Una mañana estupenda paseando entre Mangas y demás parafernalia. El premio gordo vino, nuevamente, de la mano de mi querido
novio, que me hizo un regalo increíble: este maravilloso y enorme peluche de
Totoro que véis en la imagen. ¡Cómo sabe cual es mi punto débil!. Y fui la sensación desde ese momento: la gente miraba mi Totoro con unos ojillos... y hasta me pararon para hacerme fotos un par de veces. ¡La monda!. Para celebrarlo, por la tarde vimos juntos la
película, ya que Sera no la había visto y alucinó al ver la popularidad de Totoro entre los fans del Manga y el Anime.
Tengo muchas ganas de hablar y expresarme, me siento dentro de una etapa nueva, como si empezara una vida nueva para mi por muchas razones. Hay ciertas cosas que no deseo expresar de golpe por el blog, pero tengo la certeza de que algo nuevo y bueno está por venir, y ya no está lejos.
Como sé que mi chico lee esto a veces, quiero darle las gracias por ser tan excepcional y maravilloso en todo momento conmigo. No por el peluche o por los detalles materiales (que también tienen su importancia), sino por todas las cosas que me dice simplemente mirándome a los ojos. Pero de todo eso ya hablaré en algún momento. Te quiero, guapo.
Un abrazo,
Dani