El pasado sábado día 17 celebramos conjuntamente el cumpleaños de dos grandes amigos míos, Gemma y Miguel. Lo hicimos en mi casa por aquello de tener un lugar completamente despejado de parientes y non-gratos, y lo cierto es que el hecho de que ambos quisieran hacerlo en mi casa me llenó de orgullo y emoción.
Lo pasamos bien: mucho comer (¡demasiado!), risas, música, y luego sendas partidas al Scene it y al Buzz. Acabamos sobre las 3 de la mañana cansados y hartos, jeje. Pero fue una noche fabulosa y muy divertida. Miguel ha dejado un comentario al respecto en mi anterior post sobre los informáticos... ¿qué puedo decirle yo que no haya dicho el ya?. El sentimiento es absolutamente recíproco, y le quiero una barbaridad. Que haya muchos más y que sean en mi casa... o en la vuestra.
Un abrazo.