Seguramente Rafalet me matará o dirá ¡A buenas horas!, pero bueno, más vale tarde que nunca, dicen, y es que hace algo así como dos semanas vi por primera vez, de mano de mi amigo Alex, y sin haber oído o visto nada previamente, el primer capítulo de la versión Anime de esta maravilla que es Death Note. Me ha enganchado de una manera salvaje, hasta el punto de tragarme 6 capítulos seguidos (afortunadamente son cortitos), cosa muy rara en mí, y ya he visto los 27 capítulos hasta la fecha editados. Es una miniserie que tendrá 37 capítulos en total, con lo cual no estamos viendo una de esas series que duran siglos.
El manga original, de Takeshi Obata y Tsugumi Oba, cuenta la historia de cómo un joven llamado Light Yagami encuentra casualmente un Death Note o Cuaderno de la muerte, perteneciente a un Shinigami (Dios de la muerte) llamado Ryuk. Este cuaderno se rige por una serie de reglas de propiedad que hacen que Light se convierta en su legítimo dueño y sea el único en poder ver y oir a Ryuk. Pero lo más interesante es que en dicho cuaderno se puede escribir el nombre de alguien y esta persona muere. También, opcionalmente, se puede escribir la causa de la muerte, y controlar por tanto su hora de la muerte y las circunstancias en las que esta ocurre. Si esta no se especifica, la persona muere de un ataque al corazón pasados 40 segundos de haber escrito el nombre. Los requisitos son, únicamente, saber el nombre real de una persona y pensar en el rostro de quien se quiere que muera (para evitar la muerte de personas que se llamen igual). De no disponer de estos dos requisitos, no se puede matar a alguien con el Death Note.
Light Yagami se encuentra, repentinamente, poseedor de un poder divino y eso le hace transformarse en un psicópata idealista que sueña con convertirse en Dios de un nuevo mundo, en el cual él y sólo él será quien imparta la justicia. Evidentemente, empieza a matar a todos los asesinos que aparecen en televisión y eso despierta las sospechas de la policía internacional, a la vez que la gente e Internet empieza a hablar de la leyenda de Kira (del inglés Killer).
Hasta aquí todo está muy interesante, pero falta lo mejor: el personaje de L, un extraño detective que hace gala de una inteligencia y capacidad de razonamiento que lo desafía todo, y cuya obsesión se centra en encontrar a Kira (y este, al no saber ni quién es ni su verdadero nombre, no le puede matar). El duelo está servido entre el Yin y el Yan, y aquí es donde radica la magia de la serie: en el constante duelo de inteligencia, masoquismo y dobles juegos que se traen Kira y L. Personalmente, este segundo es uno de los personajes más interesantes que he encontrado hace mucho tiempo en una serie de ficción.
En resumidas cuentas, Death Note es una serie con mucho suspense, giros de guión espectaculares, buen hacer técnico y con un guión increíble. Visionado obligado, o lectura obligada (me estoy haciendo con el Manga). Eso sí, en japonés subtitulado.
Ya tardáis en verla, gañanes. Es una auténtica maravilla.
Un abrazo.
El manga original, de Takeshi Obata y Tsugumi Oba, cuenta la historia de cómo un joven llamado Light Yagami encuentra casualmente un Death Note o Cuaderno de la muerte, perteneciente a un Shinigami (Dios de la muerte) llamado Ryuk. Este cuaderno se rige por una serie de reglas de propiedad que hacen que Light se convierta en su legítimo dueño y sea el único en poder ver y oir a Ryuk. Pero lo más interesante es que en dicho cuaderno se puede escribir el nombre de alguien y esta persona muere. También, opcionalmente, se puede escribir la causa de la muerte, y controlar por tanto su hora de la muerte y las circunstancias en las que esta ocurre. Si esta no se especifica, la persona muere de un ataque al corazón pasados 40 segundos de haber escrito el nombre. Los requisitos son, únicamente, saber el nombre real de una persona y pensar en el rostro de quien se quiere que muera (para evitar la muerte de personas que se llamen igual). De no disponer de estos dos requisitos, no se puede matar a alguien con el Death Note.
Light Yagami se encuentra, repentinamente, poseedor de un poder divino y eso le hace transformarse en un psicópata idealista que sueña con convertirse en Dios de un nuevo mundo, en el cual él y sólo él será quien imparta la justicia. Evidentemente, empieza a matar a todos los asesinos que aparecen en televisión y eso despierta las sospechas de la policía internacional, a la vez que la gente e Internet empieza a hablar de la leyenda de Kira (del inglés Killer).
Hasta aquí todo está muy interesante, pero falta lo mejor: el personaje de L, un extraño detective que hace gala de una inteligencia y capacidad de razonamiento que lo desafía todo, y cuya obsesión se centra en encontrar a Kira (y este, al no saber ni quién es ni su verdadero nombre, no le puede matar). El duelo está servido entre el Yin y el Yan, y aquí es donde radica la magia de la serie: en el constante duelo de inteligencia, masoquismo y dobles juegos que se traen Kira y L. Personalmente, este segundo es uno de los personajes más interesantes que he encontrado hace mucho tiempo en una serie de ficción.
En resumidas cuentas, Death Note es una serie con mucho suspense, giros de guión espectaculares, buen hacer técnico y con un guión increíble. Visionado obligado, o lectura obligada (me estoy haciendo con el Manga). Eso sí, en japonés subtitulado.
Ya tardáis en verla, gañanes. Es una auténtica maravilla.
Un abrazo.