Hace unos meses vi una película que, para ser honestos, no era una obra maestra. El motivo de que se realizara esa película tenía que ver con su protagonista, pues trataba de la historia de su vida desde un punto de vista concreto, y su figura era indudablemente importante en ciertos ámbitos de la cultura contemporánea en la Inglaterra del siglo XX.
Esta película se llama Iris, protagonizada entre otros por Kate Winslet, Jim Broadbent (que se llevó un merecido oscar), y Judi Dench. Trata de la historia de la extraordinaria escritora inglesa Iris Murdoch, que supuso una revolución en la literatura inglesa por su carácter libertino y sus gran talento como filósofa y novelista.
La película flaquea mucho en muchos aspectos, pero lo que la engrandece es, sin duda, la exposición de muchas de las ideas de esta apasionante escritora. Reconozco haber leído pocas cosas de esta mujer, pero creo que no es necesario cuando reconoces rápidamente el dogma que mueve sus pensamientos.
Y he aquí que llegamos a la reflexión que hoy quiero hacer. Iris Murdoch hacía la siguiente y aplastante afirmación, la cual comparto completamente: El poder del conocimiento es el camino hacia la libertad absoluta. Lo cual, en consecuencia, significa que la ignorancia es la peor de las cárceles.
¿Puede que lo que digo no sea algo que no se sepa ya?. Posiblemente no. Todos sabemos cuan importante es la educación, la cultura, el poder del raciocinio. Pero también eso conlleva muchas otras cosas, pues no hay Yin sin su Yan.
Ayer estuve cenando con la persona que más quiero, y detrás nuestro teníamos una pareja de gitanos con una niña pequeña. Y ver su actitud, su forma de hablar, las formas de estos... casi llegó a sacarme de quicio. No hay nada que menos aguante que una persona ignorante, pero en este caso (y no es el primero que me encuentro) lo que observé era la imagen de un ser humano sin ningún tipo de sustancia. La sensación que me invadió fue de lástima y rabia. Porque... ¿qué sentido tiene vivir si no eres capaz de apreciar absolutamente nada, que tu conocimiento, tu capacidad de comprensión es nula?. Creo que sería la muerte en vida.
Pero luego más tarde reflexioné y volví a encontrar una conclusión al respecto. Y siempre llego a la misma. Las personas encuentran la felicidad de acuerdo al mundo en el que se rodean, y lo que a mi puede parecerme algo deleznable, ellos ni se lo plantean. Todo va, como siempre, en base a los círculos en que te mueves y respecto a tu propio concepto del conocimiento y la capacidad de comprensión. Uno siempre está limitado por el poder de comprensión de sus propias ideas.
Creo que la verdadera sabiduría consiste no solo en la capacidad de asimilar conocimientos y verdades, sino también en comprender el resto de las realidades que nos rodean. Es posible que yo tenga un conocimiento mayor de las cosas que las personas que vi ayer, pero también yo estoy limitado. No soy mejor que ellos. Tan solo entiendo las cosas de un modo distinto. Y también estoy dentro de mi propia carcel, pues cuanto más conocimiento tiene una persona, más compleja, y por tanto más enmarañada se vuelve su mente.
¿Soy mejor o peor que estas personas?. Me temo que, humildemente, no tengo capacidad de responder a eso.
Esta película se llama Iris, protagonizada entre otros por Kate Winslet, Jim Broadbent (que se llevó un merecido oscar), y Judi Dench. Trata de la historia de la extraordinaria escritora inglesa Iris Murdoch, que supuso una revolución en la literatura inglesa por su carácter libertino y sus gran talento como filósofa y novelista.
La película flaquea mucho en muchos aspectos, pero lo que la engrandece es, sin duda, la exposición de muchas de las ideas de esta apasionante escritora. Reconozco haber leído pocas cosas de esta mujer, pero creo que no es necesario cuando reconoces rápidamente el dogma que mueve sus pensamientos.
Y he aquí que llegamos a la reflexión que hoy quiero hacer. Iris Murdoch hacía la siguiente y aplastante afirmación, la cual comparto completamente: El poder del conocimiento es el camino hacia la libertad absoluta. Lo cual, en consecuencia, significa que la ignorancia es la peor de las cárceles.
¿Puede que lo que digo no sea algo que no se sepa ya?. Posiblemente no. Todos sabemos cuan importante es la educación, la cultura, el poder del raciocinio. Pero también eso conlleva muchas otras cosas, pues no hay Yin sin su Yan.
Ayer estuve cenando con la persona que más quiero, y detrás nuestro teníamos una pareja de gitanos con una niña pequeña. Y ver su actitud, su forma de hablar, las formas de estos... casi llegó a sacarme de quicio. No hay nada que menos aguante que una persona ignorante, pero en este caso (y no es el primero que me encuentro) lo que observé era la imagen de un ser humano sin ningún tipo de sustancia. La sensación que me invadió fue de lástima y rabia. Porque... ¿qué sentido tiene vivir si no eres capaz de apreciar absolutamente nada, que tu conocimiento, tu capacidad de comprensión es nula?. Creo que sería la muerte en vida.
Pero luego más tarde reflexioné y volví a encontrar una conclusión al respecto. Y siempre llego a la misma. Las personas encuentran la felicidad de acuerdo al mundo en el que se rodean, y lo que a mi puede parecerme algo deleznable, ellos ni se lo plantean. Todo va, como siempre, en base a los círculos en que te mueves y respecto a tu propio concepto del conocimiento y la capacidad de comprensión. Uno siempre está limitado por el poder de comprensión de sus propias ideas.
Creo que la verdadera sabiduría consiste no solo en la capacidad de asimilar conocimientos y verdades, sino también en comprender el resto de las realidades que nos rodean. Es posible que yo tenga un conocimiento mayor de las cosas que las personas que vi ayer, pero también yo estoy limitado. No soy mejor que ellos. Tan solo entiendo las cosas de un modo distinto. Y también estoy dentro de mi propia carcel, pues cuanto más conocimiento tiene una persona, más compleja, y por tanto más enmarañada se vuelve su mente.
¿Soy mejor o peor que estas personas?. Me temo que, humildemente, no tengo capacidad de responder a eso.