El verdadero amor es aquel que solo te brinda quien te ha querido desde el primer instante que llegaste a este mundo.
El verdadero amor nos llega de parte de aquellos que nos han empezado a transformar en personas, en educarnos, en darnos valores morales, en hacernos ver lo que realmente importa en la vida.
El verdadero amor es ese que te ha hecho compartir momentos inolvidable,s los más sencillos, cuyo sabor perdura en el paladar, en el corazón, en el alma.
El verdadero amor nos lo dan quienes han sabido reprendernos y mimarnos por igual cuando ha sido necesario, los que han estado a tu lado incondicionalmente.
El verdadero amor viene de parte de alguien que te quiere tal como eres, tal como evolucionas en la vida, aunque no te comprenda. Si eres feliz, quien te ama también es feliz.
El verdadero amor viene de quien te mira con un brillo especial en los ojos, de quien te abraza y besa, de quien te da consejos, disfruta de tu compañía, habla contigo y te consuela, reconforta, alegra y emociona.
El verdadero amor llega con los recuerdos de toda una vida, los recuerdos que construyen un universo de emociones, un vinculo irrompible, la esencia de la belleza de la vida.
El verdadero amor es el que te desgarra, el que hace que tu corazón se encoja, te tiemblen las manos, te hace reir y llorar, te eleva al infinito.
El verdadero amor se hace muy presente dentro de esta exquisita crueldad de mundo cuando, al haberse marchado la persona amada, te haga recordar cruel pero gentilmente las fechas de su partida.
Hoy, el verdadero amor vuelve a hacerme llorar por dentro y por fuera, me hace pensar en tí, que te fuiste hace 11 años, querido papá. Hoy pienso en ti de nuevo, hoy volveré a verte de nuevo, hoy volveré a hablar contigo como hago siempre, y volveré a echarte de menos y a recordarte que tú eres uno de los pilares de mi vida, mientras viva.
Hoy te echo de menos. Hoy echo de menos a la abuela. Hoy echo de menos al tío Félix, y veré por primera vez su nombre bajo los vuestros. Hoy lloraré de tristeza, y me alegraré y me sentiré feliz por la alegría de haberos tenido a mi lado, de haber sido vuestro, de aún ser de vuestra sangre.
Hoy os echo mucho de menos. Mucho. Muchísimo. Y os quiero más que a mi vida.
Un abrazo.
El verdadero amor nos llega de parte de aquellos que nos han empezado a transformar en personas, en educarnos, en darnos valores morales, en hacernos ver lo que realmente importa en la vida.
El verdadero amor es ese que te ha hecho compartir momentos inolvidable,s los más sencillos, cuyo sabor perdura en el paladar, en el corazón, en el alma.
El verdadero amor nos lo dan quienes han sabido reprendernos y mimarnos por igual cuando ha sido necesario, los que han estado a tu lado incondicionalmente.
El verdadero amor viene de parte de alguien que te quiere tal como eres, tal como evolucionas en la vida, aunque no te comprenda. Si eres feliz, quien te ama también es feliz.
El verdadero amor viene de quien te mira con un brillo especial en los ojos, de quien te abraza y besa, de quien te da consejos, disfruta de tu compañía, habla contigo y te consuela, reconforta, alegra y emociona.
El verdadero amor llega con los recuerdos de toda una vida, los recuerdos que construyen un universo de emociones, un vinculo irrompible, la esencia de la belleza de la vida.
El verdadero amor es el que te desgarra, el que hace que tu corazón se encoja, te tiemblen las manos, te hace reir y llorar, te eleva al infinito.
El verdadero amor se hace muy presente dentro de esta exquisita crueldad de mundo cuando, al haberse marchado la persona amada, te haga recordar cruel pero gentilmente las fechas de su partida.
Hoy, el verdadero amor vuelve a hacerme llorar por dentro y por fuera, me hace pensar en tí, que te fuiste hace 11 años, querido papá. Hoy pienso en ti de nuevo, hoy volveré a verte de nuevo, hoy volveré a hablar contigo como hago siempre, y volveré a echarte de menos y a recordarte que tú eres uno de los pilares de mi vida, mientras viva.
Hoy te echo de menos. Hoy echo de menos a la abuela. Hoy echo de menos al tío Félix, y veré por primera vez su nombre bajo los vuestros. Hoy lloraré de tristeza, y me alegraré y me sentiré feliz por la alegría de haberos tenido a mi lado, de haber sido vuestro, de aún ser de vuestra sangre.
Hoy os echo mucho de menos. Mucho. Muchísimo. Y os quiero más que a mi vida.
Un abrazo.