El pasado miércoles regresé de Nueva York tras pasar allí con mi madre 6 fantásticos y agotadores días en los que vimos prácticamente los highlights más importantes de la Gran Manzana (ya se me está pegando el Spanglish de la enorme comunidad latina de la ciudad). Costó mucho llevar a cabo dicho viaje, pero mereció la pena. Mi madre quedó encantada y anonadada con las maravillas que ofrece Manhattan a sus visitantes, y dimos largos paseos por todos sus rincones. En las fotos de arriba y abajo estamos en el puente de Brooklyn.
El viaje en avión con Delta Airlines fue mucho mejor de lo que esperaba: buena atención al pasajero, asientos cómodos y buena dosis de películas. El viaje se hizo corto (para ser 8 horas de avión desde Madrid, claro) y luego nos trasladamos a Manhattan desde el JFK... ¡¡En Limusina!!. Me encargué personalmente de reservarla antes de ir para dar una mayúscula sorpresa a mi madre: quería que se sintiera la reina de Nueva York.
El primer día empezamos fuerte: fuimos, con Jet Lag y todo, a ver improvisadamente el musical de Hairspray, que es simplemente A-CO-JO-NAN-TE y me lo hizo pasar de fábula. En serio, es una auténtica maravilla. También vimos en días posteriores El Rey León, pero pese a ser mi película favorita y no poder ponerle pegas técnicamente ni musicalmente... me decepcionó. No me transmitió ni un 5% de sentimientos que te transmite la película.
En la foto de arriba estoy paseando por el Soho al más puro estilo americano: sombrero, pinta de alternativo pijo y con un super-café en mano. Hizo frío, mucho frío, pero caminando entrábamos en calor. Eso y gracias al Starbucks, claro. La quinta avenida, Madison Avenue, Times Square, el Empire State Building, la Liberty Island, Central Park, Chinatown, el Greenwich Village, Chelsea, Tribeca, el West Side bay (con vistas impagables de noche a New Jersey), etc... lo vimos prácticamente todo, aunque quedaron algunas cosillas como una visita a la ONU. Ah, y también vimos el Moma y el Metropolitan, claro está. ¡Y el tour de Sexo en Nueva York, por supuesto!.
Uno de los días lo pasamos en Filadelfia, concretamente el domingo día 6, y me encantó. Una ciudad tranquila y bastante grande, nada que ver con Nueva York. Pese al frío, quedé encantado con la tranquilidad y amplitud de sus calles. En la foto de arriba estoy emulando a cierto personaje de cine famoso desde lo alto de las escaleras del museo de arte de la ciudad.
No puedo escribir mucho más: me quedo con las preciosas sensaciones vividas en la deslumbrante ciudad, la alegría de mi madre y la satisfacción personal de haber contribuído a cumplir uno de sus sueños.
Y con esto, volvemos al trabajo...
¡Un enorme abrazo a todos!.
No puedo escribir mucho más: me quedo con las preciosas sensaciones vividas en la deslumbrante ciudad, la alegría de mi madre y la satisfacción personal de haber contribuído a cumplir uno de sus sueños.
Y con esto, volvemos al trabajo...
¡Un enorme abrazo a todos!.