Como fuera esta lloviendo (menos mal, ya pensaba que nunca lo haria, y es que si vienes aqui y no llueve es como si no lo hubieras hecho), he optado por entrar otro rato y consultar mi correo y algunas cosillas mas. Mañana seguramente no tenga tanto tiempo para hacerlo, pues tengo intencion de pasar la mañana en la National Gallery y despues irme o bien al Phoenix Park o a la fabrica de la Guinness. Ya veremos, me gusta improvisar. Tampoco descarto hacer un Sightseeing tour de esos como los que hay en todas las ciudades.
El dia ha sido pesado. Son aqui casi las 8 de la tarde y ya no puedo mas. Ademas me duele un poco el pecho y el estomago lo tengo revuelto. He caminado como hacia mucho que no caminaba (la ultima vez que lo hice, que recuerde, fue por las calles de Nueva York). La mala pata ha querido que esta mañana me olvidara la camara de fotos en casa, con lo que he tenido que volver a por ella. Un paseito, sin duda, pero esta vez he cogido el tren. Era demasiado.
He visitado el Dublin castle, las catedrales de Christ church y la St. Patrick con su correspondiente parque (precioso, hay que decirlo) y basicamente he pateado mas y mas las calles de la ciudad, metiendome por rincones extraños y comiendo en sitios estramboticos.
Me he dado cuenta de por que me salen tan malditamente tan caros los viajes: por los regalos de las narices. No hay nada peor que tener una madre que te recuerde que tienes que tener un detalle con tus primos, con tus tios y hasta con la vecina. Y no hay nada peor que un hijo que tenga remordimientos de conciencia si no lo hace. Conclusion: me van a costar mas los regalitos para la familia que el vivir aqui el dia a dia. Dicho sea todo, no es tan caro como dicen (desde que tenemos el euro, las cosas cuestan casi lo mismo, la verdad).
Me alegro profundamente de haber traido mi iPod, el cual voy rentabilizando a cada dia que pasa y es mi compañero inseparable de fatigas. Ayer, en el modo random del mismo, comenzo a sonar Runaway de The Corrs y me senti mas en Irlanda que nunca, al igual que con el Daffodil lament de The Cranberries, mi grupo favorito y, por supuesto, Irlandes.
Lo dicho: me voy a casa. Necesito dormir mucho y descansar. Si no, incluso puede que me entre fiebre. Lo que me faltaba. Supongo, simplemente, que estoy exhausto y no me he acostumbrado bien al peculiar clima de aqui.
Quiero mandar un beso muy fuerte a todos los que leen este blog y que echo mucho de menos. Que chorrada, si total pasado mañana estare en Madrid...
Un abrazo enorme. Mañana mas, supongo.