Hoy sale en DVD una de mis películas más esperadas,
El castillo ambulante de
Hayao Miyazaki. Aún no me he hecho con él (iré a buscarlo a la hora de la comida), pero desde luego el análisis tan extremadamente positivo que han hecho de él en
ZonaDVD no hace sino conseguir que se me haga la boca agua más si cabe.
Ya he comentado en alguna ocasión que el mágico mundo de Miyazaki siempre ha sido desde que era niño algo muy
especial para mi. No comenté en su momento lo preciosa que me pareció esta película en el
cine. No me voy a poner a compararla con mis mitos
El viaje de Chihiro o
La princesa Mononoke, porque tiene cosas
mejores y
peores que estas. La verdad, no son comparables en absoluto. Y sin embargo no puedo dejar de mencionar que es una auténtica
obra maestra a todos los niveles. Hoy no creo que pueda visionarla, porque tengo un concierto por la noche, pero ansío con todas mis ganas el poder vivir de nuevo la gran aventura de
Sophie,
Howl o
Cálcifer, entre otros.
Quienes no hayan visto esta
preciosidad de película, adornada por una de las mejores
bandas sonoras de los últimos años (orquestada por
Joe Hisaishi, un habitual de Miyazaki), ya está tardando. Esta es de las películas que permanecen en la retina por su
barroquismo y
belleza desbordantes.
Ahora ya solo queda esperar pacientemente a la nueva obra de Ghibli, dirigida por
Goro Miyazaki (hijo de Hayao), que trata acerca de
las leyendas de Terramar. Ghibli es una religión y yo soy su acólito más devoto.
Un abrazo.