Bueno, supongo que esta es la imagen del día, ¿no?. Un español,
Javier Bardem, recogiendo el oscar al mejor actor de reparto por
No es país para viejos, película que además se ha llevado los premios más jugosos (dirección y película). Vamos a comentar cosillas que me han llamado la atención para bien o para mal, y siempre dentro de las películas que he visto de esta edición.
Para empezar, no me esperaba lo de
No es país para viejos. Pensaba que el Oscar sería para la única de las cinco películas que no he visto,
There will be blood (me niego a mencionar el infame nombre que le han puesto en España), aunque por el tipo de cine que a mi me gusta yo hubiera querido que se lo llevara Expiación.
En cuanto a Bardem, aunque
nunca ha sido santo de mi devoción, y especialmente desde un encuentro que tuve personalmente con él hace unos años, y por ende me cae
como el culo, reconozco que se lo merecía con creces. Su papel en
No es país para viejos es
fantástico,
jugoso y
creíble. El tío da tanto
miedo que se convierte en el eje de la película por encima de todo lo demás (esa es otra... ¿actor de reparto?). Por tanto,
enhorabuena merecidísima a Bardem por este premio.
Estaba cantadísimo que el oscar a la mejor película de animación sería por goleada para
Ratatouille, ya que además de ser una de las mejores de todos los tiempos estaba muy por encima de sus competidoras. Los premios técnicos no han dado ninguna sorpresa destacable, aunque sí la de ellos que se ha llevado
El ultimátum de Bourne.
Me alegro muchísimo del oscar para
Tilda Swinton, una fantástica actriz británica que siempre me ha gustado mucho y que no era muy conocida salvo el papel que hizo para
Las crónicas de Narnia. Del oscar a la mejor actriz para
Marion Cotillard poco puedo decir, porque no he visto la película, pero dado que todos se lo estaban dando ya a
Ellen Page por
Juno (y no me parece para tanto), pues me alegro. Total, a la chica aún le quedan muchos años para ganarlo. Lo que sí me parece mal una vez más es que no le den algún que otro merecidísimo premio a esa diosa interpretativa que es
Cate Blanchett, que tiene ya un oscar por
El aviador, pero no creo que sea su mejor papel ni de coña. También lo siento por la pequeña
Saoirse Ronan, la niña de
Expiación, también nominada, porque con solo trece años ha hecho un papel a mi gusto realmente memorable.
En cuanto a los guiones, pues han sido para
Juno (original) y
No es país para viejos (adaptado). Nada que decir al respecto, los dos son muy buenos en sus respectivos géneros. Eso sí,
Ratatouille me parece mil veces más original que Juno. Gustos personales, qué se le va a hacer.
El mejor actor este año estaba reñido, y había tres que me gustaban mucho, pero creo que se lo debió llevar Viggo Mortensen en vez de
Daniel Day-Lewis. También me da penilla por Johnny Depp, porque aunque su Sweeney Todd no es lo mejor que ha hecho, sin duda es
fantástico. A mi es que Daniel Day-Lewis nunca ha sido santo de mi devoción, aunque reconozco que tablas no le faltan y que era lo mejor de bodrios como
Gangs of New York.
En cuanto a mejor dirección, nada que objetar. Los Cohen se lo merecían, y no hay más que decir.
Y ahora una de mis partes favoritas: la música. Me alegro muy, pero muy muy muy enormemente por
Dario Marianelli y su fabulosísima banda sonora para
Expiación, un auténtico regalo celestial para los oídos. Se lo tenía muy merecido, y especialmente tras dos trabajos anteriores que tienen mi corazón conquistado:
Orgullo y prejuicio y
V de Vendetta. Y la verdad es que sus competidores no le llegaban ni a la suela de los zapatos.
Y ¡tachán!, sorpresa mayúscula y más que alegre por la victoria en la categoría de mejor canción a la impresionante y hermosa
Falling Slowly de la película
Once, que
ya puse hace unos días en este blog como mi predilecta. Mejor que cualquiera de las patochadas ñoñas de
Encantada, que nos ha devuelto la rancia época de Alan Menken en que todas sus canciones eran nominadas. Pero
¿tres nominaciones?. Manda narices. La única que vale la pena es
That's how you know, y basta. Y pensar que en su momento no nominaros el
Come what may de
Moulin Rouge... nunca se lo perdonaré. En fin, lo dicho, que enhorabuena a
Glen Hansard y
Marketa Irglova por crear un
temazo como este de los de recordar toda la vida.
Poco más tengo que añadir: me alegro de que haya sido tan
AntiHollywood esta gala y que haya habido sorpresa de verdad. ¿Os habéis fijado que los actores ganadores han sido un Español, una Francesa y dos británicos?. Jojojo. Hollywood is changing.
Un abrazo.