Que no, que no os habéis equivocado de Blog. Esto siguen siendo las Muy modestas y antifutbolísticas reflexiones de Dani. Lo que pasa es que uno es muy sacrificado cuando se trata de sus primos pequeños, y es que ayer fui a visitarlos por la tarde y me hicieron ponerme la camiseta de la selección ante el inminente e histórico partido que ayer jugó ayer la Selección española contra Rusia (y que ganó). El tiempo en el que se estaba jugando el partido lo usé para desplazarme en coche a casa de Sera (qué maravilla, ojalá hubiera partidos así a diario, ¡la M-30 se queda vacía!).Debo ser la única persona de este mundo (junto con mi novio) que pasamos olímpicamente del fútbol. Aparte, ¡si no hacía falta ver el partido, con la de vecinos o transeuntes que gritaban/pateaban/maldecían en la calle o en el piso de arriba!. Era como una retransmisión en vivo. Y mejor no relato lo que pasó tras el partido...
Pues eso, que viva España y que viva el Fútbol. ¡Hip Hip Hurra!.
Un abrazo.
4 comentarios:
Hahahaha... your 'faked' tortured look is absolutely priceless Dani! LOL!
Isn't it funny that 'our' both countries are now in the finals? For this reason, I say 'Viva España' too (but I can't get that 'Viva el fútbol' over my lips...).
Gosh, did I mention I hate soccer? ;-)
Y con el ruido de la celebración de los goles, pues como que puedes aprovechar y hacer lo que te de la gana con tu novio. Por aquello de evitar el escándalo público (aunque sea entre cuatro paredes) jejeje.
Hijo mío, tu cara lo dice todo!!! Suplicio futbolero. Yo también lo sufro. Sobretodo cuando no me dejan dormir por la noche cuando los miles de forofos se unen en un sólo y atronador pito de coche. No les reventara a todos!!!
Besos :o)
Pues yo he tenido que venir al sitio más recóndito de Alemania para ver un partido de fútbol entero por primera vez en mi vida... Para más información, me remito a las fotos de mi Facebook ;)
Cruisair, you know there's nothing I wouldn't do for these kids...
Quique, es que los primis tiran mucho, eh?? Besazos!!
Alex, ya he visto tus fotos. Madre mía, qué desparrame, ¿no?
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